de que forman la constitución te enseña a ser ciudadano
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La importancia de las competencias ciudadanas, la escuela y el país, a ojo de la antropóloga Maritza Díaz, directora del Proyecto de Educación Preescolar del Centro de Expresión Artística, Mafalda, y de Francisco de Roux, director de la Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
Explicación:
Para poder ser un buen ciudadano se necesita una combinación de cosas indispensables y esto es lo que hace tan exigente la formación ciudadana. En el programa del Ministerio, esto se visualiza con propiedad en la manera como está trabajando la metodología de apropiación de las competencias ciudadanas, tanto en convivencia y paz como en participación y responsabilidad democrática, y en pluralidad, identidad y valoración de las diferencias; allí hay unas intuiciones muy serias y unos cuidados metodológicos finos en la forma como se están enfrentando las cosas. Yo agregaría unos elementos sustanciales que para mí son tres: 1. Formación de la conciencia moral, del sentido de recoger las tradiciones morales que se trae desde el entorno; 2. El paso de éstas a transformar los deberes en leyes y normas, mínimos que todos vamos a cumplir, necesarios para sobrevivir como sociedad humana; 3. y luego la formación del sujeto para ser consistente y coherente consigo mismo.
se refleje en toda la forma de organización que se construya socialmente y, por supuesto, en los mecanismos de la economía, la organización política, todas las formas de diversión; que todos los comportamientos sean coherentes con ese desarrollo humano. Es el punto de partida.
Ahora bien, la moral colectiva arranca del trasfondo, de la herencia cultural de un pueblo. Tenemos una herencia cristiana muy profunda, que la historia nos dio. Pero, la ética ciudadana no es una ética religiosa, más bien es una ética de los mínimos, donde se encuentran personas con distintas herencias religiosas y con distintas posiciones filosóficas. Justamente hacer una ética ciudadana implica encontrarnos todos y proponernos cumplir unas cosas mínimas que permitan ser una comunidad ciudadana en la diferencia, con cosas para cumplir porque garantizan la dignificación de todos; esa es la moral civil o ciudadana.
alcanzan una explicitación bien valiosa de muchos elementos que son constitutivos de la formación de una moral ciudadana.
Mis preguntas de allí en adelante vienen referidas a lo que se llama la voluntad política, no solamente del Ministerio, sino de los directivos de colegios y escuelas para llevarlo a la práctica, para transformarlo de formulaciones conceptuales, de frases formales una apropiación de la vida. El paso a la práctica toma un acto de libertad, una opción libre y allí es donde realmente las cosas fallan. Hay que formar para que los seres humanos hagan lo que realmente tienen que hacer. Y formar para pasar de los dichos a los hechos toma un trabajo sobre la libertad del ser humano, para hacerlo consistente, para que sus acciones reflejen lo que piensan. Todo eso se debe convertir en hábito para que llegue, poco a poco, a que las cosas salgan naturalmente; eso se hace no porque esté escrito en normas y uno se las aprenda, sino porque hay un continuo ejercicio de actividades que yo libremente elijo. Ese es el gran cambio donde siento a la sociedad colombiana supremamente frágil.
Un punto adicional es que en términos de las competencias ciudadanas, las áreas que se toquen en la escuela deben ser transversales y deben tener un espacio que permita sintetizar, recoger y ordenar el aprendizaje de alguna manera que seguramente sería algo similar a una cátedra, taller o seminario. La separación entre lo transversal y la cátedra en la educación ha sido complicada, pues durante muchas décadas todo nuestro proceso de enseñanza y aprendizaje se dio en cátedra, en clases formales, por áreas de conocimiento.
De otra parte, considero pertinente ahondar más en la explicitación de ciertos contenidos. Por ejemplo, cómo llevar la tradición espiritual de un pueblo a una moral ciudadana, o la formación de la libertad. Sería partidario, además, de exponer más los derechos económicos, sociales y ambientales: la forma como todos los ciudadanos tengan los recursos materiales y culturales básicos para vivir con dignidad y la forma de construir una economía para que eso sea posible.
En suma, lo importante es tener voluntad para hacer consecuentemente lo que se propone a partir de los elementos creados. Por ejemplo, al tema de la paz le podemos crear condiciones para que acontezca en nuestro pueblo, pero nosotros no podemos construirla; lo mismo pasa con el amor en una pareja: me hacen mucha gracia los manuales y libros donde dicen que si usted hace esto o lo otro con su pareja, el amor va a acontecer; no, esto tiene que ver con la espiritualidad, con algo más profundo. Yo sí creo que construir ciudadanía es crear condiciones para que las cosas ocurran, pero el acontecer mismo de las cosas es algo que está más allá de cualquier clarificación porque es un asunto de libertades.