¿De qué forma se utilizan los fluidos en la tecnología?
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La popularización de los sensores y el empleo de nanotecnología líquida son dos de los ámbitos con mayor potencial de crecimiento durante los próximos años, según explicó el académico Luis Castañer durante el discurso inaugural del curso la Real Academia de Ingeniería, pronunciado en su sede de Madrid.
Con la carrera espacial y la exploración de Marte como telón de fondo, Castañer centró su intervención en hacer un recorrido sobre los principales hitos tecnológicos que han hecho posible los viajes al cosmos y, sobre todo, cómo los descubrimientos de dichas misiones han contribuido en gran medida a la investigación y el progreso de la sociedad.
«El nivel tecnológico de nuestro día a día, que nos permite disfrutar de comunicaciones móviles o de sistemas de posicionamiento, depende en gran medida de los satélites. Esto hace que la tecnología espacial no solamente se vea como inspiradora, sino también como útil y práctica», señaló.
Los sensores y la evolución de los transistores se han convertido en elementos clave de esta carrera tecnológica. «Los sensores forman parte del arsenal tecnológico desde hace mucho tiempo en aplicaciones industriales, domésticas y científicas», reconocía Castañer.
«Aunque», prosiguió, «su impacto social se ha manifestado más claramente con la reciente incorporación de sensores inerciales, como los acelerómetros y los giróscopos, a los automóviles, teléfonos, tabletas y juegos electrónicos».
«Por tanto, gracias a su popularización y compatibilidad con el proceso tecnológico microelectrónico, podemos afirmar que los sensores se han hecho mayores de edad», añadía.
Sin embargo, a pesar de que la potencia y la complejidad de los transistores «se ha duplicado cada 18 meses durante cuatro décadas, con su miniaturización y aumento del rendimiento, tal y como predijo Gordon Moore», señaló Castañer, su producción aún presenta unos costes tremendamente elevados.
«Hoy en día, una fábrica de chips necesita una inversión de 10.000 millones de dólares. Esto provoca que haya pocas en el mundo, sólo del orden de 10 importantes», explicó.
La madurez tecnológica e industrial de sensores y transistores contrasta con los todavía incipientes desarrolloes en otros campos, como el empleo de fluidos en electrónica y nanotecnología. «Lo que tradicionalmente conocemos como aparatos electrónicos no han tenido relación alguna con lo líquidos hasta la aparición de la microfluídica [estudio del empleo de fluidos en cantidades diminutas para el diseño de sistemas de complejidad diversa] para aplicaciones biomédicas».
Sin embargo, en este campo ya se han producido algunos progresos reseñables, especialmente en el ámbito de la óptica y la imagen. «Recientemente se han producido avances significativos en dos áreas que pueden considerarse más cercanas a la tecnología electrónica: las lentes líquidas de distancia focal ajustable eléctricamente y los displays con velocidad de video no transitivos», señaló Castañer. La aplicación de estas líneas de investigación goza de unas claras salidas comerciales e industriales en aparatos de gran popularidad en el mercado, como cámaras fotográficas, libros electrónicos, teléfonos móviles, tabletas electrónicas o pantallas de ordenador.
«Utilizando una mezcla de líquidos inmiscibles, uno de ellos oscuro y el otro transparente, puede conseguirse abrir o cerrar un pixel. Mediante el desplazamiento del líquido oscuro y su confinamiento en una esquina, el píxel queda transparente y por lo tanto, muestra el fondo. Por el contrario, dejando que el líquido oscuro se extienda en todo el píxel, este quedará también oscuro», apuntó el Castañer.
«Seguramente veremos pronto que los nuevos display de libros electrónicos o de los televisores y ordenadores estarán fabricados con esta tecnología», vaticinó.