De nuevo se trata de algo que ocurre en medio de la multitud y en medio de situaciones
Humanas de dolor y sufrimiento: la hija de Jairo que está agonizando, y la mujer que lleva
muchos arios sufriendo con su enfermedad.
Es una mujer enferma (v. 25), que ha sufrido mucho (v. 26) y pobre ("había gastado por su
enfermedad todo lo que tenía y sin ningún resultado" (v. 26).
· Además, en el esquema religioso-cultural de los judíos, se trata de una persona impura (Cfr.
Lev. 15, 19 ss.), de alguien que es reprobable desde el punto de vista de la pureza ritual, alguien con
quien debe evitarse todo tipo de contacto (ídem).
· La mujer enferma, pobre e impura, también se siente atraída por Jesucristo ("como había oído lo
que se decía de Jesús, se acercó por detrás..." v. 27), y busca solución a su situación humana de
sufrimiento y marginación y lo hace desde un razonamiento y actitud mágico-religiosa: "la mujer
pensaba: si logro tocar aunque sea su ropa, sanaré". (v. 28).
· Jesús "se dio cuenta del poder que había salido de El" (v. 30), en auxilio de la mujer enferma, pobre y
marginada. Jesús se somete al contacto con la persona impura -el que tocaba a alguien impuro
quedaba impuro él mismo-, y se somete a la lógica mágico-religiosa de la mujer: el designio de Dios
se manifiesta a través de esas mediaciones para la situación de la mujer.
· En medio de esta situación y sus mediaciones, Jesucristo pone de manifiesto la profunda
experiencia de Dios que anima a la mujer enferma, pobre y marginada en su actitud religiosa:
"Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y queda sana de tu enfermedad" (v. 34). La experiencia de fe
que Jesucristo pone de manifiesto en el encuentro con El, no sólo no está en contradicción con la
lógica y actitud religiosa de la mujer que busca sanación y el fin de su marginación, sino que esa
experiencia de fe se manifiesta y se profundiza a través de la mediación religiosa en la concreta
situación que vive la mujer.
III. Algunos antecedentes significativos del magisterio sobre la religiosidad popular
Desde el trasfondo teologal que nos ofrece una sencilla lectura creyente de estos pasajes del
Evangelio en que contemplamos a Jesucristo ante la multitud y ante los condicionamientos de la
expresión religiosa, podemos retomar el camino del magisterio de la Iglesia sobre la religiosidad
popular.
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(Mr 5:21-43) "Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
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