De la siguiente lectura saque un resumen de no más de 10 líneas
1.-conteste las siguientes preguntas:
a.- ¿cómo era el universo según la mayoría de los científicos, hace miles de millones de años?
b.- ¿hace unos cuántos millones de años se explotó esa masa que hoy llamamos el universo?
c.- ¿con que nombre se conoce la gran explosión de una masa gigante que hoy se conoce como el universo?
d.-¿en qué año y cómo se formaron las galaxias?
e.-¿ por qué una galaxia en particular nos interesa, la que hoy llamamos vía láctea?
f.-¿qué sucedió hace 5.000 millones de años, cerca de su borde, de la galaxia?
g.-¿qué es la esfera incandescente?
h.-¿ cómo se formaron los planetas y satélites?
i.- ¿cómo se llama el planeta que tiene agua en estado líquido y retiene una envoltura de gases?
j.-¿hace cuántos millones de años se formó la tierra?
k.-¿qué son los meteoritos según la lectura?
l.- ¿explique cómo algún momento se dió las condiciones apropiadas del aparecimiento de la vida?
ll.-¿cómo se llama la especie según la evolución del hombre hace cuatro millones de años?
m.-¿qué es pangea?
n.- ¿a qué llamamos placas tectónicas?
ñ.- ¿a qué era pertenece los dinosaurios?
o.-¿cómo se formaron los andes?
p.- ¿ a qué era pertenece la “la vida intermedia?
q.- ¿la vida nueva a qué era pertenece?
r.- ¿en qué era desaparece dinosaurio?
s.- ¿cuáles son las siete épocas de la tierra?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:En 1958 Robert P. Mills, que entonces dirigía The Magazine of Fantasy and Science Fiction, me preguntó si estaría dispuesto a escribir una columna mensual sobre temas científicos para la revista. Las condiciones eran que tenía que entregarla antes del cierre de la edición de cada mes, y a cambio me pagarían una pequeña cantidad (que no era lo más importante) y disfrutaría del privilegio de escribir sobre lo que quisiera, sin que el director hiciera ninguna sugerencia u objeción (lo cual era de una importancia capital).
Acepté inmediatamente, sin disimular mí alegría. No podía saber cuánto duraría este acuerdo; parecía bastante probable que después de un periodo más bien corto de tiempo ocurriera algo que lo diera por terminado. La revista podía dejar de publicarse, o podía llegar un nuevo director que no quisiera mi columna científica, o que me quedaría sin temas, o que no tuviera tiempo o salud para hacerlo. ¿Quién sabe?
Pero no ocurrió nada de eso. En el momento de escribir estas páginas, estoy celebrando el trigésimo aniversario de mi columna científica. No ha dejado de aparecer en ningún número. Ni Mills ni sus dos sucesores, Avram Davidson y Edward L. Ferman, han hecho jamás ninguna sugerencia u objeción, y tampoco han mostrado ni la más mínima intención de dejar de publicarla.
Mi primer artículo para Fantasy and Science Fiction apareció en el número de noviembre de 1958. Sólo tenía unas mil doscientas palabras, porque ésta era la extensión que me habían marcado. Unos meses más tarde me pidieron que alargara el artículo hasta cuatro mil palabras, lo que, en mi opinión, era un cambio muy halagador.
Así era ese primer artículo, «El polvo de los siglos»: Uno de los descubrimientos más descorazonadores que hacen las amas de casa al principio de su carrera es que el polvo es invencible. Por muy limpia que se mantenga una casa, por muy poca actividad que se permita en su interior, y por muy a conciencia que se impida la entrada de los niños y otras sucias criaturas, en cuanto se da uno la vuelta, todo aparece cubierto de una fina capa de polvo.
La atmósfera de la Tierra, sobre todo en las ciudades, está llena de polvo, lo cual está muy bien, porque, de lo contrario, no habría cielos azules y las sombras no estarían suavizadas.
Y el espacio también esta lleno de polvo, sobre todo entre los sistemas solares. Está atestado de átomos individuales y de conglomerados de átomos. Muchos de estos conglomerados alcanzan el tamaño aproximado de una cabeza de alfiler: son los llamados «micrometeoros» que, a las velocidades a las que se desplazan, son lo bastante grandes como para causar daños a una nave espacial. (Una de las funciones de los satélites espaciales es medir la cantidad de micrometeoros existente en el espacio que rodea a la Tierra.)
Explicación: