De la pelicula TROYA
¿Por qué pelea Aquiles y por qué pelea Héctor? Analice los discursos de ambos a sus hombres en el momento de la primera batalla.
¿Cuáles son los sentimientos que existen entre Aquiles y Agamenón?
. ¿Qué actitudes de Aquiles al aceptar el pedido de Príamo pueden interpretarse como un desafío a Agamenón?
Respuestas a la pregunta
Hacia el principio del fatídico noveno año, la misma Troya sufrió poco, pero muchos de sus aliados habían desertado, y otros sólo se mantenían leales a cambio de enormes primas de oro. El tesoro de Príamo casi se había agotado. Sin embargo, ninguna ciudad ni tribu de Asia Menor quería que los griegos derrotaran a los troyanos y se enriquecieran controlando el comercio por el mar Negro; así que, cuando se difundió la noticia que se estaba planeado un ataque griego contra Troya para principios del verano, llegaron gran cantidad de refuerzos de la lejana Licia, Paflagonia y de otros lugares para ayudar al rey
Priamo.
Zeus todopoderoso se encontró en una posición violenta. Príamo siempre le había hecho sacrificios espléndidos y los troyanos se comportaban honorable y bravamente, que era más de lo que se podía decir de los griegos. Zeus no podía negar haber amañado el concurso de belleza y bien sabía que la irresistible diosa del amor, Afrodita, también había intervenido en la escandalosa aventura amorosa entre Paris y Helena, que era la causa de la guerra. Por eso no se atrevía a enfrentarse a su mujer Hera y su hija Atenea, las cuales pedían venganza contra Troya. Así que él permaneció neutral, aunque procurando hacer que las cosas les resultasen a los griegos lo más desagradable posible.
Hay que recordar que Aquiles tomó como prisionera a la adorable Criseida, hija de Crises, sacerdote de Apolo. En el reparto del botín, fue adjudicada como esclava a Agamenón, a quien cada vez le gustaba más; pero un día, de repente, Crises se dirigió hacia el campamento griego, llevando una vara de oro (envuelta en una cinta de lana para la cabeza consagrada a Apolo) y exigió el retorno de Criseida, ofreciendo un gran rescate por ella. Aunque el consejo real urgió a Agamenón a que aceptara, éste se enfureció mucho, y le dijo a Crises, ásperamente, que se fuera y que nunca volviera a mostrar su cara por allí si no quería recibir una severa paliza.
-¡Criseida es mía -gritó- y no tengo intención de entregarla!
Crises se retiró y, estando en la orilla, le rogó venganza a Apolo. Apolo bajó del Olimpo muy irritado, con un arco de plata en su mano y flechas agitándose en su aljaba. Se sentó en una colina cercana y comenzó a disparar a los griegos. Cada flecha estaba infectada con la peste y, como tenían el campamento en un estado mugriento y raramente sacaban los desperdicios, se aseaban o se cambiaban de ropa, enseguida se contagió de hombre a hombre. Antes de diez días murieron cientos de ellos y sus camaradas tenían cada vez más dificultades para quemar los cadáveres, pues el abastecimiento de leña se acababa. Esta catástrofe alarmó a Hera, que visitó a Aquiles en un sueño.