de donde se origina el arquetipo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La arquitectura nació con el hombre de la prehistoria, durante el Neolítico, cuando diversos grupos humanos desarrollaron un estilo de vida sedentario basado en la agricultura. Este nuevo modo de vida conllevó al desarrollo de viviendas estables y recintos ceremoniales,2 los cuales fueron evolucionando estéticamente a partir de elementos simbólicos presentes en el contexto sociocultural donde se desarrollaban. Así surgieron, por ejemplo, los dolmenes y crómlechs en Europa, construidos con enormes bloques de piedra. A medida que las sociedades se hacían más complejas y extensas, surgieron los primeros núcleos urbanos cerrados, con viviendas agrupadas en torno a lugares sagrados. De esta forma nacieron las altas culturas de Medio Oriente: Mesopotamia y Egipto, que legaron numerosas obras arquitectónicas, de las que destacan, por ejemplo, los sistemas de irrigación, los zigurats, los templos y las pirámides.
Explicación:
Respuesta:
El psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung entendió los arquetipos como patrones e imágenes arcaicas universales que derivan de lo inconsciente colectivo y son la contraparte psíquica del instinto.1 Son potenciales heredados que se actualizan cuando entran como imágenes en la consciencia o se manifiestan en el comportamiento en la interacción con el mundo exterior.2 Son formas autónomas y encubiertas que se transforman una vez que acceden a la consciencia y se les da una expresión particular por parte de los individuos y sus culturas. En psicología analítica, los arquetipos son elementos altamente desarrollados de lo inconsciente colectivo. La existencia de arquetipos solo puede deducirse indirectamente mediante el uso de relatos, arte, mitos, religiones o sueños.
Los arquetipos en psicología analítica se refieren a formas subyacentes inaprensibles o arquetipos en si de los cuales emergen imágenes y motivos como la madre, el niño, el trickster y el diluvio universal, entre otros. La historia, la cultura y el contexto personal modelan estas representaciones manifiestas, dándoles así su contenido específico. Estas imágenes y motivos se denominan con mayor precisión imágenes arquetípicas. Sin embargo, es común que el término arquetipo se use indistintamente para referirse tanto a los arquetipos en si como a las imágenes arquetípicas.2
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