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Respuestas a la pregunta
UNA VIDA DIFERENTE Juan Jiménez Morales Había una vez un pueblito, ni muy grande ni muy pequeño, todas las personas que vivían ahí se querían mucho, eran amables y compartían todo lo que tenían, cuando alguien se enfermaba lo apoyaban lavándole su ropa, sus trastos y le llevaban alimentos hasta que sanaba. Si una persona fallecía colaboraban con el funeral y los que eran carpinteros le hacían su ataúd; los albañiles realizaban el sepulcro, de esta manera colaboraban con el más necesitado dándole comprensión, amor, generosidad y solidaridad. Para cultivar la tierra juntos araban el terreno y sembraban yuca, plátano, camote, frijol, calabaza, chiles, limón, papaya y cuando había que cuidar las siembras también participaban los niños y las niñas. La vida se valoraba y se enseñaban cosas buenas a todos los habitantes; todos los domingos se reunían en una plaza, algunos niños cantaban, otros danzaban y otros pintaban; los adultos platicaban, realizaban competencias de atletismo y en el gran lago hacían competencias de natación. Era muy divertido y al final se les premiaba con una linda mariposa y esa mariposa era símbolo de amor y hermandad. Pasó mucho tiempo, cuando en una de esas reuniones alguien comentó que no tenían alguna persona que los representara ante otros pueblos. Luis dijo- es mejor no tener representantes. Doña Panchita dijo- vamos a elegir uno. Pedrito exclamó: ¡ los que tengan una mariposa que participen ! Sí, estamos de acuerdo. Desde aquel tiempo todo cambió en ese lugar, ahora los que tienen 18 años en adelante eligen a sus representantes para que cumplan en la protección del pueblo, ellos siguen conviviendo y llevando una vida armoniosa para ser mejores personas. 5 A cualquier familia le gustaría quedarse a vivir allí dijo mi primo Manuel, cuando la maestra Rosita terminó de leer el cuento mis compañeros gritaron ¡Sí, es una vida diferente!