CUENTO SOBRE LA AMISTAD
ojo no vale copiarse de otro cuento :3
lo necesito para mi hermana
Respuestas a la pregunta
La Amistad
Había una vez en un pequeño pueblo en el que reinaba la ambición y la desconfianza un par de niñas que a pesar de todo se buscaban a escondidas…
Y aunque no lo crean esos encuentros misteriosos eran la única esperanza de que algún día el pueblo conociera lo bonito que era tener un amigo…
Pero no siempre fue así hace mucho tiempo la gente era amable y todos eran amigos…
Todo comenzó hace 20 años cuando el abuelo de Patricia encontró una caja misteriosa y al abrirla de pronto todo cambió los papas de Rocío se volvieron muy ambiciosos y los de Patricia desconfiaban hasta de ella, pero a pesar de todo ellas eran como hermanas…
Un día que jugaban en el bosque Rocío desapareció misteriosamente, Patricia la buscaba y no pudo dar con ella, desesperada corrió al pueblo en busca de ayuda, pero nadie en el pueblo creía en sus palabras
Así que se armó de valor y salió en busca de su amiga… caminaba ya algunas horas cuando de pronto un olor delicioso llamó su atención y se acerco para ver de se trataba…
Ante sus ojos estaba su amiga detrás una reja hecha de ramas y un metro mas acá estaba el monstruo, una especie de cosa verde y sonriente que cocinaba a fuego lento algo en una cacerola
Patricia no lo dudo y se acercó al monstruo, para su sorpresa, él le dio la bienvenida por un momento se asustó, pero luego al ver a su amiga se dio cuenta que ella sonreía. Todo era muy confuso pero aun así se sentía tranquila.
FIN Luego de una larga conversación Patricia descubrió el secreto de Lorenzo el monstruo sonriente, el pobre tenía miedo a estar solo y desde ese momento Rocío y Patricia decidieron ser sus amigas y todas las tardes lo visitaban para jugar.
Hace unos meses, Javier, el autor de este cuento, se puso en contacto conmigo para preguntarme si me interesaría recibir un ejemplar de dos cuentos que había autopublicado, porque pensaba que podían resultar de interés para mis alumnos. Los acepté encantada, aunque tenía claro que no hablaría de ellos en el blog si no encajaban a la perfección, puesto que hasta el día de hoy, absolutamente todos los cuentos y libros de los que he hablado en el blog, los he seleccionado, comprado y pagado yo misma. Quería dejar claro este aspecto, puesto que para mí es fundamental ser transparente, y jamás os hablaría de un material que no me ha gustado (por mucho que me lo hayan regalado) porque, para empezar, si no me atrae, directamente no lo emplearé en el aula.
Dicho esto, es curioso cómo nuestras expectativas no siempre se ajustan a la realidad. De los dos cuentos que recibí, a mí, personalmente, me llamó más la atención el otro (sí, tranquilos, también os hablaré de él próximamente). Sin embargo, los alumnos, aunque estuvieron encantados con los dos, mostraron mucho más entusiasmo con este.
Esta bonita historia nos habla de una niña y de la preciosa relación de amistad que mantiene con su camita. Bueno, amistad, complicidad, ayuda y cuidado mutuos... Curioso, ¿verdad? Pues bien, mis alumnos disfrutaron muchísimo con esta historia, y más de uno exclamaba: "¡qué camita más chula!", "¡yo quiero una cama como esta!".
El libro tiene como objetivo que los niños y niñas duerman solitos en su camita (ya sabemos que en algunas casas es una lucha continua), sin embargo, que no se asusten aquellos papás o mamás que apuestan por un estilo de crianza con apego y que defienden el colecho. No estoy hablando de bebés y yo, personalmente, creo que cada familia es un mundo y que tiene que hacer aquello que les funciona y les hace sentir bien (a todos sus miembros). Sin embargo, lo cierto es que a medida que los niños van creciendo y madurando, antes o después terminan durmiendo en su propio espacio. Y este cuento trata ese espacio propio como un lugar mágico, como un lugar seguro, un refugio... Presenta todo aquello que el niño necesita para sentirse tranquilo y dormir a gusto.
Además, al terminar el cuento, nos ofrece unas pautas para que el niño cuide y se responsabilice de su camita. Unos hábitos muy saludables que, además, si el niño interioriza, puede aplicar en otros contextos y con otros materiales o juguetes.
Y ¿cuándo recomiendo yo leer este cuento? Pues, naturalmente, ¡justo antes de irse a dormir! Siempre he pensado que no hay mejor manera de despedir el día con los hijos que en la camita, leyéndoles cuentos o compartiendo historias. ¡Se crea un clima de ternura, seguridad y complicidad incomparable! Y si la historia nos "vende" las bondades de su camita...
Y llegados a este punto, creo que estaréis deseando conocer con detalle este cuento. Para ello, una vez más, mis alumnos os lo narran en el videocuento que os hemos preparado. En esta ocasión, como el cuento tiene muchas páginas, han podido participar todos los alumnos de la clase (menos Teresa, que la semana que grabamos no estuvo en clase). La mayoría no dicen más que una frase, ¡pero ahí están todos aportando su granito de arena!
Como también tenía ganas de compartir con vosotros las pautas que salen al final del cuento (creo que es importante que los niños las oigan para interiorizar todo), en vez de leerlas yo, le ofrecí a mi hija Paula que las leyera y aceptó encantada. Así que, por segunda vez en la historia de los videocuentos, contamos con su colaboración
Espero te sirva