cuento sobre juegos tradicionales por favorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr 78 puntos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El gato y el ratón
Había una vez en un bosque, dos amigos muy unidos pero que resultaba inusual
verlos jugar juntos. Todos los animalitos, cada vez que los veían, se quedaban espiando esa
relación tan rara y linda a la vez. ¿Saben por qué era tan extraño verlos tan unidos? Uno era
un gato y el otro un ratón, y aunque parezca una idea descabellada, ellos se llevaban mejor
que con cualquiera, sus diferencias los hacían unirse más y el pacto de compartir las
comidas era lo más gracioso de esa amistad… El ratón le había prometido al gato que si él
no se lo comía, le compartiría su sabroso queso.
Un día de verano decidieron ir a jugar al aire libre, pero antes de eso, pensaron en
hacer un picnic y sentados en el centro de una hermosa arboleda compartieron todo el
queso del ratón. Los árboles alrededor de ellos movían sus hojas por el viento que atenuaba
tanto calor. De repente el gato recordó que se había olvidado de llevar su leche para beber,
entonces le pidió al ratón que lo esperara. Mientras el gato se marchó por un instante, el
ratón, sin darse cuenta, se comió todo el queso. “¡Qué hice… don gato me va a querer
comer cuando vea que ya no hay más queso!”
Al rato llegó el gato, feliz de haber encontrado rápido su leche, y le preguntó al
ratón desde lejos: “¿me das un poco de queso?”, el ratón, nervioso por no saber que decir,
contestó: “No”, entonces el gato se enfadó mucho y le dijo: “pues entonces te devoraré” y
empezó a correr rápido rápido para poder atraparlo. Cuando el ratón observó que se
acercaba a él, trató de escapar aún más veloz. Mientras el gato trataba de atrapar al ratón se
levantó un fuerte viento que acompañaba a una tormenta, así que, por ese motivo, los
árboles no dejaban de moverse de un lado al otro sin dejar que el gato pase por allí para
atrapar al ratón, como si en la naturaleza los árboles fuesen cómplices del ratón para
defenderlo de las garras del gato.
Esta persecución duró mucho tiempo, acompañada de gritos, sustos, pero sobre todo
muchas risas. Empezó siendo una gran pelea y terminó divirtiéndolos tanto que se volvió
un juego para ellos.
Es el día de hoy, que ambos amigos, aprovechan cada día de viento para volver a
jugar corriendo entre los árboles y luego conseguir juntos u poquito de queso.
Y colorín colorado este cuento… ¿se habrá acabado?
Respuesta:
Mi escondite
Había llegado por fin el gran día. Nuestros padres venían planeando nuestras
vacaciones hacía mucho... ya no aguantábamos la ansiedad! Recuerdo que aquel día era un
día soleado; vacaciones de verano, mi hermano Leo, mis vecinos (Mari y Juan), y yo…
Llegamos por la mañana bien temprano y entramos a esa hermosa casa con un extenso
parque… eso era lo que más nos entusiasmaba! Pero nuestros padres nos advirtieron; antes
de hacer aquello que tanto ansiábamos... Primero debíamos comenzar a ordenar las valijas
y bolsos; entonces entramos a nuestro cuarto, ordenamos la ropa, probamos las camas,
cantábamos, bailábamos... estábamos muy contentos! Luego nos tocó almorzar, así que nos
pusimos a armar la mesa mientras nuestros papas servían la comida.
Y luego llegó la hora… Aquel día, cómo olvidarlo? Jugamos sin parar, jugamos
tanto que llegó un momento en que no sabíamos a qué jugar De repente, se nos vino a la
mente, a los cuatro… ¿ y si inventamos un juego? Todos aceptamos, a todos nos pareció
una genial idea!
-Mari: Si! Me encanta! Inventemos un juego… y si nos escondemos?
-Leo: Si, podría ser! Pero... si todos nos escondemos, ¿cuál será el sentido?
-Yo: Ya sé! Que uno se quede y los demás nos escondemos!
-Leo: Si, genial! Pero... si todos nos escondemos.. y uno queda sin esconderse.. Va a ver en
donde nos estamos escondiendo..!
-Mari: Mmm…¿ y si se tapa los ojos?
-Juan: No, ¡ya sé! ¡Que se dé vuelta y quede mirando a la pared! Así nos aseguramos que
no va a espiar…
-Leo: Muy bueno! Y… ¿cómo hace para saber si ya nos escondimos? ¿Si se da vuelta y
todavía no estamos bien escondidos?
-Mari: Entonces, podríamos hacer que cuente hasta… mmm.. 20! Si, que cuente hasta 20,
despacito. Y mientras, nos escondemos.
-Leo: Bien, entonces, uno cuenta, los demás nos escondemos, y cuando nos tenga que
buscar si nos ve tiene que ir corriendo a tocar la pared! ¿Qué les parece?
-Yo: Me parece genial! ¿Quién cuenta?
-Juan: Yo cuento, empecemos…!
Así fue como aquel día, cansado de tanto jugar, decidimos con mis amigos inventar un juego
Explicación:
Espero y te ayude