cuento sobre el maíz y la milpa
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
‘El engaño de la milpa’, o ‘El maíz del tío conejo’, un cuento sobre los engaños y sus consecuencias
Cuentan que hace tiempo un conejo pasó por un campo de maíz recién sembrado y vio un campo fantástico (una milpa) en donde ya asomaba una pequeña mazorca. El conejo pensó que podía vender el maíz antes de que saliera, ya que esa planta tenía pinta de ser fantástica. Así que fue a ver a algunos animales para sacarles algo de dinero y hacer negocio.
Primero se encontró con una cucaracha, y le dijo:
– Señora cucaracha, he visto una milpa y en ella ya despunta una preciosa mazorca que será más grande que mi tamaño.
– ¿En serio?- respondió la cucaracha asombrada.
– Si quieres, te la vendo para que nadie te la quite. Yo estaré atento y en unos meses, en cuanto esté lista, será tuya…
– Pues es una buena idea, señor conejo. Toma estas monedas y guárdame mi maíz.
– No se preocupe usted, señora cucaracha.
Y el conejo se fue dando saltos en busca de más posibles compradores.
El engaño de la milpa: el conejo también engaña a la gallina y el coyote
Más adelante, el conejo se encontró con una gallina, a la que por supuesto, le encantaba el maíz.
– Oh, señora gallina. Le va a encantar mi propuesta: he visto una milpa con una mazorca que promete ser más grande que tú misma. Sus granos de maíz serán muy sabrosos… Si me pagas por adelantado, te prometo que nadie te la quitará y será tuya.
– ¿De verdad? Pues mía es entonces. Guárdamela, conejo, y toma tus monedas.
Y el conejo se fue de allí muy contento, hasta que vio al coyote y le dijo:
– Señor coyote, ¿le gustaría tener en unos meses una magnífica mazorca de maíz que yo mismo he visto en una milpa? Es enorme, y los granos de maíz se antojan muy sabrosos.
– Mmmm… Pues no es mala idea, conejo. Así me aseguro algo de comer… Dime cuánto cobras y la reservo.
Y el conejo aseguró al coyote también que la mazorca sería suya.
Pero, cuando ya se alejaba, fue sorprendido por un cazador, y para que no le matara, le propuso también entregarle aquella mazorca de maíz. El cazador aceptó, y perdonó la vida al conejo.
El día en el que debía entregar la mazorca de maíz
El tiempo pasó y el conejo olvidó por completo su promesa. Además, ya se había gastado todo el dinero que había recibido de los otros animales. Y un día, vio a lo lejos que se acercaba la cucaracha y recordó la historia de la mazorca.
– Ey, conejo- dijo la cucaracha- Vengo a por mi maíz. ¿Dónde lo tienes?
– No te preocupes, cucaracha, que enseguida te lo doy, pero cuidado, que viene la gallina y puede comerte. ¡Escóndete debajo de ese plato!
Y la cucaracha, alarmada, se metió bajo el plato. Entonces llegó la gallina:
– ¡Vengo a por mi maíz, conejo!
– Sí, sí, ya lo tengo preparado, pero… ¿no querrás antes comer como aperitivo una cucaracha?
– ¡Claro! ¿Dónde hay una? -preguntó la gallina.
– Debajo de ese plato tienes una…
Y la gallina se zampó la cucaracha. Entonces, el conejo le dijo:
– ¡Corre, amiga gallina! Escóndete detrás de esa mesa, que llega el coyote y si te ve, te comerá.
La gallina se escondió y el coyote dijo al llegar:
– ¡Eh, conejo, más te vale tener listo mi maíz o te comeré a ti!
El desenlace del engaño de la milpa
– Claro que lo tengo listo, coyote. ¿Cómo iba a olvidar algo así? Pero antes igual te compensaría comerte una suculenta gallina.
– ¿Una gallina? ¡Por supuesto! ¡Me encantan las gallinas? ¿Tienes una?
– Sí, detrás de la cortina la encontrarás.
Y el coyote se comió de un bocado a la gallina. Entonces el conejo vio a lo lejos que llegaba el hombre y dijo al coyote:
– ¡Amigo! Más te vale esconderte bien en la casa, porque llega un cazador y como te vea…
El coyote buscó un escondite y el conejo salió al encuentro del cazador:
– Amigo cazador, te estaba esperando. Ya tengo preparado el maíz, pero antes debo decirte que puedes conseguir algo mejor… Dentro de mi casa tienes a un coyote escondido.
– ¿De veras? ¡Qué alegría! ¡Un coyote! Pues entro a por él.
Y el cazador mató al coyote, y salió de la casa del conejo muy contento.
– Ey, señor cazador, ¿ya te vas?
– Claro… ¿quién quiere una triste mazorca de maíz teniendo un coyote?
Y el conejo entró a su casa a comerse el maíz.
Esta todo completo :)