CUENTO POLICIAL
Leer el cuento y responder:
La pieza del rompecabezas
Cuando se sentó junto a la mesa, en la sala principal, el detective Stanford ya había
inspeccionado la habitación del anciano. El cuerpo inmóvil asomaba a un lado de la cama; la
sangre ya seca había teñido la manta oscura y parte del suelo. Por lo demás, no había indicios
que hicieran sospechar un robo, pues todo aparentaba estar en su sitio. Tampoco había rastro
alguno del arma homicida. Nervioso ante las circunstancias que parecían involucrarlo,
Raymond, sobrino del anciano y único heredero, se sentó frente al investigador. Con un ligero
tartamudeo, respondía a las preguntas de rutina, al tiempo que giraba una pieza de
rompecabezas entre sus dedos largos para calmarse. Aseguraba haber permanecido gran parte
de la noche sentado en la sala, entretenido en el armado de un rompecabezas que, todavía a
medio terminar, ocupaba el centro de la mesa. Aclaró que su tío había preferido no
acompañarlo en el juego. Se había acostado temprano, poco después de cenar, y había
cerrado la puerta de su cuarto.
—Seguramente por eso no oí nada —agregó, disculpándose, pero el investigador no le
prestaba atención.
Estaba concentrado en una pieza que había tomado de un pequeño montón e intentaba
colocarla para continuar con el armado de la figura. De nuevo en silencio, Raymond volvía a
entretenerse con la pieza que, ahora, hacía tambalear entre los dedos hasta dejarla caer sobre
la mesa y, con rapidez, volvía a recogerla. El investigador apenas se detuvo en ese gesto. Una
mansión de estilo oriental había comenzado a dibujarse en el centro del rompecabezas y la
forma se completaba con agilidad a medida que Stanford lograba ubicar más piezas.
Pronto ese entusiasmo se contagió a Raymond. El sudor dejó de recorrer su frente y las
palabras ya no se repetían cuando hablaba. Se lo veía más tranquilo, como si el juego
compartido lo hubiera alejado de las sospechas, de las tensiones, como si se hubiera relajado.
Para completar la figura de la puerta de la mansión que se adivinaba, Raymond dejó la pieza
con la que había jugueteado desde hacía rato sobre la mesa. Con velocidad, tomó otras dos y
las ubicó, satisfecho por el encastre perfecto. Detrás de la casa, un dragón rojo se delineaba
incompleto aún. Stanford fue el primero en advertirlo. A esa altura del juego, las preguntas se
habían suspendido y el intercambio entre ellos se reducía a miradas cómplices que festejaban
las jugadas convenientes. En efecto, si hubieran tenido que decidir un ganador, Raymond
contaba con amplia ventaja cuando el investigador tomó la pieza olvidada. La ventaja crecía
mientras era Stanford quien ahora giraba la pieza una y otra vez sin lograr colocarla. La figura
del rompecabezas estaba a punto de completarse, cuando por fin habló:
—Tendremos que suspender el juego —anunció Stanford, con calma, y dejó la pieza del
rompecabezas en el centro de la mesa, entre ambos.
Raymond lo observaba sin comprender. El entusiasmo se había desvanecido y el sudor
regresaba.
—Creo que el color rojo del dragón es ligeramente más claro que el que puede observarse aquí
—afirmó
Stanford apenas rozando el borde, pero con aire de sabiduría. El silencio se apoderó de
Raymond: la huella de sangre marcada en la pieza lo había delatado.
Preguntas:
a. ¿Quién es el personaje principal?
b. ¿Cuál es el conflicto en este cuento?
c. ¿Es un cuento policial? ¿Por qué?
d. ¿Quién y cómo se descubre la verdad?
e. Armar la estructura narrativa (Introducción – nudo – desenlase) respondan lo antes que puedan es para entregar hoy
Respuestas a la pregunta
Contestado por
4
Respuesta:
A) El personaje principal es el Detective Stanford
B) El conflicto de este cuento es que el detective no tenia pistas del delito
C) Si, porque habla de un delito
D) Cuando el detective al casi terminar, suspende el juego y nerviosea a Raymond
espero te sirva
francosalaya17:
grciassss
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