cuento corto. Rápido y gracias :)
siguiente, menos, y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que
era más fácil controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los
clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni
finalmente, controlar su mal temperamento! Su padre, muy contento y
satisfecho, le sugirió entonces que por cada día que controlase su carácter,
sacar todos los clavos fue a decírselo a su padre.
– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en
todos los agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es
familia, son verdaderas
una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón.
La herida siempre estará allí. Y una herida física es igual que una herida
verbal. Los amigos, así como los padres y toda la
familia, son verdaderas
escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón
abierto para recibirte”.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos,
hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:El niño y los clavos.
Respuesta:
La aventura del agua
Explicación:
Un día que el agua se encontraba en el soberbio mar sintió el caprichoso deseo de subir al cielo. Entonces se dirigió al fuego y le dijo:
– “¿Podrías ayudarme a subir más alto?”.
El fuego aceptó y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en un sutil vapor. El vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los estratos más ligeros y fríos del aire, donde ya el fuego no podía seguirlo. Entonces las partículas de vapor, ateridas de frío, se vieron obligadas a juntarse, se volvieron más pesadas que el aire y cayeron en forma de lluvia. Habían subido al cielo invadidas de soberbia y recibieron su merecido. La tierra sedienta absorbió la lluvia y, de esta forma, el agua estuvo durante mucho tiempo prisionera en el suelo, purgando su pecado con una larga penitencia.
con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la