Cuento corto del día del idioma
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es la cosa más monstruosa que he visto en este pueblo”. Fue lo aseguró Beatriz, asustada al contemplar miles de cráneos humanos en la orilla del río NorthWatter del pueblo de Greendale. Pero, para poder explicar el porqué de esto, debo empezar por el día en que todo empezó. Era una mañana nublada, común Greendale, Beatriz salía de su casa para ir a la escuela junto a su amigo Archibal, en el camino se encontraban con Verónica novia de Archibal y mejor amiga de Beatriz. Llegando a la escuela, encontraron un gran número de personas reunidas viendo algo que estaba sobre la carretera. Cuando estos tres vieron de qué se trataba, Beatriz cayó en llanto, ya que era el cuerpo decapitado de Forsythe, su novio, que estaba en un trémulo sillón. Beatriz supo que era él por la ropa que traía, en especial, porque en el bolsillo del pantalón estaba el gorro que era común en Forsythe usar. Beatriz, al caer al suelo, se quebró el tobillo, por lo que Verónica la llevó de inmediato al hospital.
En el hospital, Beatriz y verónica, en lo que esperaban al doctor que atendiera a Beatriz, se percataron que el cuerpo decapitado de Forsythe no era el primero que aparecía en Greendale. Sino que, con él ya sumaban quince, sin contar los que habían aparecido en los pueblos vecinos, con los que se llegaba a un total de setenta aproximadamente. En fin, el médico llegó y le pidió a verónica que esperara afuera. Beatriz notó al médico algo extraño, sobre todo por el delantal ensangrentado que traía, pero éste no la dejó decir ni una sola palabra y le inyectó una sustancia algo translúcida en la pantorrilla. Beatriz trató de defenderse con una cuchara, pero quedó inconsciente.
Cuando Beatriz abrió sus ojos, notó que se encontraba en un camión. Viendo que no había conductor, se asomó por la ventana identificado al médico del hospital en la orilla del Río Northwatter. Beatriz, además, notó que dentro del camión no estaba solo ella, sino que por lo menos unas seis personas más estaban ahí. Primero, pensó que estaban dormidas, pero luego vio que no, ya que los cuerpos empezaron a botar un hedor.