cuento con palabras homofonas, paronimas y homónimas.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Creció un torito con un asta en el centro de la cabeza y, por este motivo, sus dueños estaban muy preocupados.
- Habría que llamar al veterinario para que viniera a ver el asta del torito, - decían, mientras el animal abría mucho los ojos escuchando nervioso.
- Tendríamos que haber llamado ya al veterinario, - seguían hablando entre ellos mientras lo daban de comer.
Al día siguiente, Pablo que así se llamaba el veterinario del pueblo, se acercó hasta la granja y fue a ver con extrañeza el asta del torito.
Cuando Pablo aprisionó la cabeza del animal para ir a ver de cerca su asta, el torito se revolvió nervioso empujando al hombre que, perdiendo el equilibrio, tuvo que agarrarse a un tubo de metal que sobresalía de la pared para no caer al suelo.
- Este torito no tiene ninguna enfermedad, está fuerte como un roble, - dijo el veterinario acariciando su lomo, simplemente es diferente a los demás. Es un torito muy especial.
Desde ese día el torito presumía orgulloso de su asta cuando salía hasta el campo a pasear. Los granjeros se quedaron muy tranquilos y el torito fue muy feliz.
Explicación:
Respuesta:
Explicación:
Un mimo me hacía un mimo, mientras un perro de caza buscaba una linda casa donde vivir. Una ola de mar me saludaba diciéndome “hola“, mientras un sobre cerrado se apoyaba sobre mi regazo con algún mensaje que jamás supe de qué se trataba porque no lo abrí.
Yo quería tomar un té de alguna rica hierba, pero no pude porque la hierba huyó corriendo. Seguro que no quería que la hiervan y por eso escapó.
Me miraba los vellos del brazo, dándome cuenta que nada bellos me parecían y de pronto escucho un ruido muy fuerte. Alguien grita “ay” y yo pregunto: “¿Hay alguien por allí? Me doy cuenta que el tubo de ensayos con el que estaba haciendo experimentos cayó al suelo y me pregunto qué motivos tuvo para haberse caído, pero me callo y lo pienso en silencio.
Escucho una voz muy extraña, alguien me llama, pero no me doy cuenta quién es. Es una llama color caramelo que me dice: “Cierra la ventana niño, veo la sierra y me pongo nostálgica”.
De pronto, estoy en el campo con muchos caballos y debo herrar herraduras, son muchas y tengo miedo de errar. Cuando termino mi tarea, le digo a mi caballo preferido: Vaya pingo vaya, corra tras las vallas porque él también estaba cansado y necesitaba distraerse.
Vuelvo a mi casa, quiero entrar, pero la puerta no abría, me pregunto: ¿No habría que buscar otra llave?
Como este sueño es muy entraño, voy a tomar nota de él. Me sentaré en un banco y mientras canto una linda canción, haré una lista de todos los personajes que han intervenido. Va a ser extraño hacer un cuento con este sueño, pero se lo mostraré a mi maestra y seguramente ella podrá enseñarme lo que de él debo aprender.