cuentemen 5 chistes wenos y doy corona
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
habia una vez un pajaro
ExplicacióCuentan que, en un antiguo reino, habitaba un hombre que era conocido en todas partes por su gran sabiduría. Al comienzo solo aconsejaba a sus familiares y amigos cercanos. Sin embargo, su fama creció tanto que el propio soberano lo llamaba frecuentemente para consultarlo.
Todos los días llegaban muchas personas a recibir sus sabios consejos. Sin embargo, el sabio notó que había varios que iban todas las semanas. Lo peor es que siempre le contaban los mismos problemas y luego escuchaban el mismo consejo, pero no lo ponían en práctica. Todo se había convertido en un círculo vicioso.
Un día, el sabio reunió a todos esos consultantes frecuentes. Luego les contó un chiste tan divertido, que llevó a que casi todos se desternillaran de la risa. Después esperó un rato y volvió a contar el mismo chiste. Siguió contándolo por tres horas. Al final, todos estaban desesperados. Entonces el sabio les dijo: “¿por qué no pueden reírse varias veces del mismo chiste, pero sí pueden llorar mil veces por el mismo problema?”.nLa segunda de nuestras historias con moraleja nos cuenta que, en cierta ocasión, dos grandes amigos decidieron hacer una travesía por el desierto. Uno confiaba en el otro ciegamente y sentían que no habría mejor compañía. Sin embargo, cuando ya estaban cansados tuvieron desacuerdos en sus opiniones.
Del desacuerdo pasaron a una discusión y de esta a un debate encendido. La situación llegó a tal extremo que, en un momento dado, uno de los amigos golpeó al otro. Enseguida se dio cuenta de su error y le pidió perdón. Entonces, el que había sido golpeado, escribió en la arena: “Mi mejor amigo me golpeó”.
Continuaron el camino y más adelante se encontraron con un extraño oasis. Todavía no habían entrado en él, cuando el suelo comenzó a moverse. El amigo que había sido golpeado comenzó a hundirse. Era una especie de pantano. Como pudo, su amigo se estiró, poniendo en riesgo su vida, y lo rescató.
Fue entonces cuando el chico, que primero había sido golpeado y luego rescatado, escribió sobre una piedra: “mi mejor amigo me salvó la vida”. El otro lo miraba con curiosidad, así que le explicó: “entre amigos, las ofensas solo se escriben para que se las lleve el viento. En cambio, los favores se graban hondo en la piedra para que no se olviden nunca”.
3. El león codicioso
La última de las historias con moraleja nos habla de un león soberbio que estaba hambriento. Llevaba un rato largo sin comer y tenía pegadas las tripas. Sabía que en el lugar en donde estaba no abundaban las presas. Comprendió que debía ser paciente y acechar con mucha cautela, ya que si aparecía alguna presa y la perdía, no iba a encontrar otra tan fácilmente. y el pajaro vivio feliz