cuatro reformas creadas a finales del siglo xx
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los estudios de los movimientos sociales populares en Chile han sido francamente tardíos con relación al protagonismo que los propios movimientos alcanzaron en el curso del siglo XX. Este desencuentro se explica tanto por los retrasos de las ciencias sociales para instalarse en el país, como por las dificultades
y prejuicios del mundo académico para abrir espacio a los estudios de los sectores populares. A grosso modo, tal vez se puedan distinguir dos grandes momentos en que el pueblo ha sido objeto de estudios sistemáticos: en los años cincuenta, en que se difundieron los primeros trabajos sobre el desarrollo del capitalismo y del movimiento obrero en Chile. En efecto, fue en estos años que Julio
César Jobet (1955), Marcelo Segall (1953) y Hernán Ramírez (1956) publicaron
estudios relativos a la clase popular chilena articulada como movimiento popular
en torno al movimiento obrero. En los años sesenta, en que la economía y la
sociología ganaron en desarrollo y prestigio en el campo académico, la cuestión
de los movimientos ocupó un lugar secundario y, casi en solitario, el historiador
Jorge Barría publicó una historia del movimiento obrero y de la Central Única de
Trabajadores (1971), mientras que el estudio de Alan Angell (1974) no se tradujo
sino hasta después del golpe de 1973. Un segundo momento, mucho más prolífico, ha sido el de los años ochenta y noventa, en que un conjunto de historiadores, tanto nacionales como extranjeros, han publicado una gran diversidad de
trabajos relativos a la “clase popular”, en un sentido más amplio que el del tradicional movimiento obrero. Entre otros autores, los trabajos de Gabriel Salazar, en
particular Labradores, peones y proletarios (1985) y luego los de Sergio Grez, De
la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución histórica del
movimiento popular en Chile (1810-1890) (1997) y María Angélica Illanes, “En el
nombre del pueblo, del Estado y de la ciencia (…)”. Historia social de la salud
pública. Chile 1880-1973 (1993), no sólo ampliaron la mirada a los sectores populares del siglo XIX, sino que reconocieron la historicidad de sujetos débilmente
tratados por la historiografía, como el ancho y diverso mundo peonal, así como
los artesanos, tanto en el ámbito urbano como rural. Nuevos trabajos han profundizado los estudios sobre la cuestión social, ya no sólo como crisis de inclusión
de los grupos populares, sino que observando los conflictos “desde abajo”; y otra
novedad, al menos parcialmente: más allá de Santiago, Julio Pinto, Trabajos y
rebeldías en la pampa salitrera (1998); Sergio González, Hombres y mujeres de
la pampa (1991) y Eduardo Devés, Los que van a morir te saludan. Historia de
una masacre: Escuela Santa María de Iquique, 1907 (1987) entre otros, han observado al “mundo pampino” del norte; Peter De Schazo en Urban Workers and
Labor Unions in Chile. 1902-1927 (1983) y el autor de este artículo en Crisis
Social y motines populares en el 1900 (1991), han estudiado los grandes movimientos obreros y populares de principios del siglo XX, reconociendo y valorando
la acción de los anarquistas, que habían sido prácticamente ignorados en la
historiografía marxista clásica. Todo el siglo XX está siendo hoy estudiado y revisado por diversos historiadores, incluidas las nuevas generaciones que egresan,
en estos años, de las universidades chilenas.
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