cuatro peores actos de violación de los derechos humanos en Colombia de hoy.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Las noticias no son las mejores ni las más alentadoras en materia de derechos humanos y continuidad de la violencia”, dice Luis Guillermo Guerrero, director del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep). Esta organización presentó hoy su informe sobre violaciones a los derechos humanos por persecución política, abuso de autoridad e intolerancia social en Colombia en 2017. “Existen fuerzas contrarias –continúa–, que quieren seguir aplicando estrategias de muerte para no pasar la página, usando la fuerza represiva y los métodos de explotación inmisericorde de la naturaleza”.
Uno de los objetivos del informe es ayudar a reducir la vulnerabilidad de las víctimas, pues sostiene que el desconocimiento de lo que ocurre blinda a los victimarios y contribuye a la continuidad de los crímenes. “Poner en conocimiento público lo ocurrido sirve como presión moral para que tales hechos no se repitan”, reza el documento.
De igual manera, los realizadores sostienen que no se puede hablar de estadísticas precisas, pues en muchas regiones impera aún el miedo a denunciar, e incluso reciben denuncias meses o años después de los hechos.
El texto recoge denuncias y reportes que muestran un crecimiento en violaciones a derechos humanos con respecto a los datos de 2016, con un aumento de 1.217 víctimas a 1.402 en 2017. De esta cifra resaltan las ejecuciones extrajudiciales por agentes directos o indirectos del Estado, que fueron 138; las 42 víctimas de tortura por agentes directos o indirectos del Estado; las 86 detenciones y judicializaciones arbitrarias y las 677 víctimas de amenazas.
El informe destaca la existencia y la participación de grupos paramilitares (como las Autodefensas Gaitanistas o Los Urabeños) en el país como perpetradores de violaciones de derechos humanos. Estos grupos son responsables de 770 agresiones, más de la mitad del total. Sobre esto habló Javier Giraldo, miembro del Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política del Cinep y participante de la elaboración del informe: “Se dice que el paramilitarismo ya no existe y esta posición la sostuvo el Gobierno durante los diálogos de La Habana. Pero en el último periodo de las conversaciones llegaron miles de denuncias y esto obligó a introducir un capítulo al final del punto 3 de los acuerdos para combatir a los grupos ‘sucesores del paramilitarismo’ y a reconocer su existencia”.
Giraldo reconoce que el accionar paramilitar en el país está ligado con el tema de la posesión y la utilización de tierras, y con el despojo de estas a sus dueños históricos: “Al ver la violencia paramilitar, predomina la lucha contra reclamantes de tierras o personas que están reinvindicando derechos relacionados con el territorio. Buscan reprimir movimientos sociales, eliminar propuestas políticas alternativas y apoyar megaproyectos económicos de multinacionales. En el lenguaje están respaldando políticas oficiales, a la Fuerza Pública, a grandes empresarios y están atacando manifestaciones de inconformismo ante ciertos proyectos”.
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