CUATRO IDEAS DE QUE FUNCIONA BIEN Y MAL EN LA DEMOCRACIA COLOMBIANA
AYUDA ES URGENTE AL QUE RESPONDA LE DOY CORONA, CORAZON Y 5 ESTRELLAS
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Respuesta:
Una de las ideas más difundidas en diversos círculos académicos y políticos de nuestro país es que Colombia es la democracia más sólida y antigua de América Latina. Sin embargo, es necesario considerar hasta dónde este tipo de ideas son válidas o ciertas. Como punto de inicio es preciso anotar que la democracia ha sido el régimen político por excelencia. Luego de las revoluciones liberales, la forma de gobierno que le confía el poder al pueblo tomó fuerza, hasta el punto de considerarse como el régimen ideal de gobierno. Durante el siglo XIX se empezaron a configurar modelos democráticos en todo el mundo que, con el pasar de tiempo, fueron ampliando garantías y facultades a los ciudadanos.
Las nacientes repúblicas de América Latina fueron adoptando de forma paulatina la democracia como forma de gobierno, siendo el marco del siglo XX donde se dan las principales disputas por la consolidación del poder y la configuración de los diferentes sistemas políticos. En este contexto, Colombia se ha caracterizado por ser un país donde no se han presentado mayores sobresaltos en la implementación formal de los principios de la democracia como régimen.
Una de las razones –de peso- en las que se basa la idea de la fortaleza de la democracia colombiana es que, en comparación con los otros países de América Latina, las elecciones en Colombia para la presidencia y otros cargos de elección popular han sido periódicas y regulares; lo que contrasta con las dictaduras sufridas por muchos países de la región, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, ¿es posible sostener este tipo de afirmaciones hoy? ¿Es válido defender una idea que se sustenta en un solo argumento? El panorama político colombiano en la actualidad deja mal sentada a la democracia, ante una opinión pública que se rehúsa a creer que de algo sirve elegir a sus propios gobernantes si estos no administran de una mejor forma el poder que se les concede por medio del voto.
El caso concreto que me lleva a plantear la crisis de la democracia en Colombia tiene que ver con la disposición de algunos de los futuros candidatos a las elecciones presidenciales de avalar sus candidaturas por medio de firmas. Lo que esto indica es que los partidos políticos han venido perdiendo valor para quienes van a optar a algún cargo público. Ante la crisis política y la falta de confianza de la ciudadanía es cada vez más atractivo para los políticos desligarse de cualquier atadura partidista y aparecer ante la opinión pública como “independientes”. Si bien es cierto que las candidaturas avaladas por firmas ciudadanas también hacen parte del juego democrático, este es un mecanismo ideado para quienes difícilmente encuentran un lugar en los partidos; es decir, que candidatos de tradición como Germán Vargas Lleras -por citar un ejemplo- opten por avalar una candidatura por firmas desgasta y desnaturaliza el mecanismo.
Lo que revela esta situación es que los partidos políticos colombianos se encuentran en crisis y, ligada a esta situación, la democracia también se puede considerar en estado de convalecencia. Según Maurice Duverger (1957), los partidos políticos constituyen un pilar fundamental sobre el cual se desarrolla todo régimen democrático. Son los partidos políticos los encargados de tramitar las demandas que realiza la sociedad civil ante el Estado; esta es una de las tareas más importantes dentro de cualquier sistema político y sobre la cual se cimienta la estabilidad del régimen democrático liberal.