cuando y porque se reza el credo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En las misas de la Iglesia católica apostólica romana, el credo se pronuncia tras la homilía y previamente a la Oración de los Fieles. Por lo general se recita en las misas solemnes y en aquellas que se llevan a cabo los domingos.
Explicación:
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Respuesta:
¿Por qué rezar El Credo?
Rezar El Credo es una acción sencilla que permite a personas de cualquier condición enumerar las bases en las cuales está amparada su fe. Su repetición constante, tal y como se hace con el Padre Nuestro, es un recordatorio de todo lo que debemos llevar en la mente, pero sobre todo en el corazón.
Pero además de todo lo anterior, El Credo se concibe como un acto individual donde cada persona es la que manifiesta su creencia y se lo hace saber al mundo. Aunque dentro de las iglesias se realiza como un acto colectivo, la misma redacción de la oración advierte que se trata de un acto personal.
Lo mejor de todo es que es bastante fácil de aprender porque son todos los elementos que como miembros de la fe ya profesamos. Por ende, el único trabajo es ponerlos en orden para darles el sentido lógico que la oración posee.
Explicación:
El Credo es una declaración que realizan los creyentes católicos para definir hacia qué elementos se orienta su fe. Para rezar El Credo es necesario disponer de una actitud de tranquilidad y determinación, pues se hace la base principal de toda su confianza cristiana.
El origen de la oración se remonta a muchos años atrás, donde se estableció como un mecanismo por parte de la iglesia para darles luces a sus fieles sobre los elementos divinos en que deben poner su atención, intereses y confianza. Además de los principales intervinientes como Dios y Jesucristo, también se incluyen las organizaciones humanas de influencia cristiana como la Iglesia Católica.
El uso del Credo dentro de la Iglesia y con los creyentes
El Credo forma parte de las oraciones permanentes en la estructura de las misas dominicales. Se concibe como un mecanismo que recuerda a los creyentes hacia quiénes debe estar orientada su confianza. Sin embargo, la idea no es y nunca será que se asuma como un acto robotizado, carente de valor espiritual.
Es por esta razón que resulta tan indispensable que la propia oración se acompañe de otros factores, como la lectura de la palabra de Dios y el sermón de reflexión, que invita a aplicar lo dicho dentro de la oración en el día a día, y no sólo como parte de la estructura del acto. La finalidad es asumir que las creencias están arraigadas a nivel espiritual y que nos acompañan día a día, no únicamente los domingos.
El contenido de los Credos
Lejos de lo que podría pensarse de que el Credo es uno solo, la realidad apuntala a que son varias versiones que se pueden exponer en voz alta sin complicaciones. Cada una de estas versiones maneja un sentido más o menos similar de elementos en los que se coloca la fe.
El inicio siempre es el Padre, Dios, el creador de todos nosotros y de todo lo que existe sobre la tierra. Es nuestro Rey de Reyes y debe ser reconocido como tal por todos, tanto dentro de las oraciones como fuera de ellas. Después se hace alusión a Jesús, como Hijo de Dios y nuestro salvador, el cual vino a este mundo a salvar a muchos del pecado a través de su propio sacrificio.
De hecho, el Credo de la oración de los Apóstoles que es la versión más utilizada hace un resumen de la vida terrenal de Jesús desde su concepción por obra del Espíritu Santo hasta el día en que llegó su resurrección. A partir de allí se enumeran parte de las promesas que Dios y Jesús nos dan como el perdón de los pecados y la vida eterna.