“Cuando soñamos, solemos experimentar muchas cosas como si las estuviéramos experimentando en realidad. En algunas ocasiones ocurre que no sabemos si estamos despiertos o se trata simplemente de un sueño, pues la intensidad de lo que estamos viviendo es la misma. Por ello, podemos preguntarnos: ¿todo lo que estoy viviendo en este momento es real o simplemente es producto de mi mente? Esta inquietud lleva a otra todavía más profunda: ¿qué es lo real? Muchos afirman que lo real es lo que vivimos, lo que la ciencia puede comprobar. Son reales la materia y la energía, los protones y electrones, pero, ¿alguien los ha visto alguna vez? ¿Por qué habremos de considerar que ellos corresponden a lo real? ¿Qué puede esconderse a nuestros sentidos? De estas y otras preguntas se desprende un problema filosófico que es menester resolverse.
Llamamos real a las cosas que nos impactan y sacuden. Si algo nos produce dolor o miedo nos genera una impresión inolvidable y pensamos que es real. Si está lejos o lo olvidamos, deja de estar presente para nosotros y solo pensamos en ello como posiblemente real, pero no estamos seguros de que lo es. Si no vivimos en la luna y probablemente nunca iremos allí, no lo incluimos dentro de lo que llamamos nuestra realidad. La realidad de la ciencia ni siquiera es completa, pues para nosotros lo real son las personas, las cosas que podemos percibir con los sentidos, no las moléculas o aquello que escapa a nuestra capacidad de sensorial. Nuestra idea de lo real es producto de nuestros hábitos y de nuestras costumbres.
Todo en el universo está sujeto al cambio.
Cuando avistamos la naturaleza descubrimos con facilidad que todas las cosas – incluyéndonos – están sujetas a transformaciones. En general, todo lo que comienza, termina en algún momento ya sea que hablemos de un ser vivo, de una roca, de algo terrestre o algo extraterrestre; todo tiene un nacimiento y una muerte o finalización. Los antiguos filósofos griegos, cuando contemplaban la naturaleza, decían que las cosas se generan y se corrompen, y a todo el conjunto de transformaciones y cambios le llamaban metabolé, palabra que se traduce como cambio, pero, ¿por qué se dan los cambios permanentemente? Los primeros pensadores concluyeron que, a pesar de los cabios continuos, la naturaleza tiene un orden, ya que en todos los procesos naturales existe una cierta regularidad. Por ello procuraron encontrarle una explicación racional a ese orden al que los filósofos antiguos le llamaron Kosmos; Los filósofos antiguos, además se enfrentaron a otro problema: ¿si el movimiento –y por lo tanto el cambio– es continuo, entonces nada permanece? Si nada permanece, eso puede significar que todas las cosas comienzan a partir de la nada y que cuando se destruyen dejan de ser absolutamente. Pero, si todo surge de la nada y vuelve a la nada, podemos sospechar que en última instancia nada es real.”
*Este ensayo debe tener las características básicas de un escrito de este estilo: título, introducción, desarrollo y conclusiones.
Respuestas a la pregunta
Titulo: ¿Qué es lo real?
Introducción:
¿Qué es lo real? Esta es una pregunta que ha intrigado a filósofos, científicos y pensadores de todos los tiempos. ¿Cómo podemos saber si lo que vemos y experimentamos es real o simplemente un producto de nuestra mente? Esta es una cuestión que todavía no ha sido del todo resuelta, pero en este ensayo trataremos de explorar algunas de las posibles respuestas.
Desarrollo:
La realidad es algo subjetivo. Lo que es real para una persona, puede no serlo para otra. Nuestra idea de lo real está influenciada por nuestros hábitos, costumbres y experiencias. Todo en el universo está sujeto al cambio, nada permanece igual. Los filósofos antiguos pensaban que todas las cosas surgían de la nada y volvían a la nada, lo que podría significar que en última instancia, nada es real.
Conclusiones:
Aunque todavía no existe una definición clara de lo que es real, este ensayo nos ha permitido explorar algunas de las posibles respuestas a esta pregunta. Lo real es algo subjetivo y está sujeto al cambio. Aunque nada permanece igual, la naturaleza tiene un orden y una cierta regularidad. En última instancia, nada es real, pero esto no significa que nuestras experiencias y percepciones no sean válidas.