cuando se formo la identidad en el arte persa
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El territorio de Persia era una gran meseta en cuyo centro hay un gran desierto salino, en este territorio se asentó un pueblo de origen indoeuropeo después del II milenio
Explicación:
La Antigua Persia ocupaba aproximadamente el territorio de la actual Irán. Limitaba al norte con el Mar Caspio, Armenia y Rusia, al este con Afganistán, al sur con el Golfo Pérsico y al oeste con Irak.
El territorio de Persia era una gran meseta en cuyo centro hay un gran desierto salino.
En este territorio se asentó un pueblo de origen indoeuropeo después del II milenio.
Este pueblo era un tanto rudo en un principio: la mitad eran sedentarios y la otra mitad nómadas y se dividirán en los dos grupos. Al norte, en una zona fértil, los Medos, y al sur, en una zona más desértica, los Persas. De los Medos prácticamente no nos han quedado restos.
En el siglo VIII, el rey asirio Sargón II convierte estos pueblos en provincias de su reino. Sin embargo, Senaquerid aligeró esta tiranía, lo que permitió a los Medos unificarse y liberarse poco a poco para terminar constituyendo un imperio.
El rey medo Dayoces, consiguió, en el siglo VII, librarse totalmente del poder asirio organizando su imperio y asentándose en Ecbatana. Su hijo Faortes va a someter a los persas del sur hasta que su hijo Ciazares destruyera Nínive, Assur, etc. acabando con el imperio asirio.
A él le sucede Astiages, con el que hay un momento de esplendor. Los persas adquieren mayor fuerza y surge la dinastía Aqueménida y de ésta nace el rey Cambises, que se casa con la hija de Astiages, de quien nace Ciro, que unifica a persas y medos definitivamente. También se apodera y destruye Babilonia, haciéndose con el poder de toda la zona.
El siglo VI es de gran esplendor para los persas. Este imperio durará hasta Darío III que es derrotado por Alejandro Magno, comenzando el periodo helenístico, parto y sasánida (siglo VII d.C.). El periodo aqueménida pues abarca desde mediados del siglo VI hasta mediados del siglo IV.
La religión fue muy importante para los persas. Esta religión estaba establecida por Zaratrusta. Está basado en el mazdeísmo. Se recoge en un libro sagrado, el Avestar, donde se puede ver una concepción dualista del mundo que hace que todo este regidor por dos registros: el bien y la luz representado por Ormuz o Ahura-Mazda, y el mal y las tinieblas representado por Ahriman.
Había cuatro principios fundamentales para este pueblo: respetar la ley, conservar la pureza del alma, cultivar la tierra y trabajar con empeño.
Los persas rendían culto a Ormuz mediante el fuego, por ello no hay templos, sólo altares donde se conserva el fuego sagrado. A Ormuz se le representa con el disco alado del que emerge medio cuerpo humano.
Introducción a la arquitectura y arte persa
En la época aqueménida (Ciro el Grande, Cambigen II, Darío I, Jerjes, Artajerjes, Darío II, Artejerjes II, Artejerjes III, Dario III) el arte se expresa en escultura y la arquitectura, en grandes ciudades: Pasargardas, Susa, Persépolis, fundadas por estos dos últimos.
Persépolis
No hay arquitectura religiosa, sólo estos altares con fuego y unas torres donde estaría ese fuego. Los altares eran muy sencillos, a veces para proteger el fuego tenían una pequeña bovedilla. No se han conservado pero los conocemos por relieves. Las torres eran altas, cuadradas y sin vanos, de las que si se conservan algunos restos.
Existió arquitectura funeraria persa. Tenemos la tumba de Ciro, de tipología única.
También existieron hipogeos excavados en grandes acantilados, con una fachada muy importante esculpida dentro, con dos o tres cámaras muy sencillas. No realizaban inhumación del cadáver por miedo a que contaminarán la tierra, por lo que sólo conservaban los huesos.
Los palacios eran tan complejos que se formaron verdaderas ciudades-palacio. Cuando Darío fijó la capital en Susa, el palacio de Pasagarda quedó abandonado quedando como capital religiosa. Susa estaba cerca de Babilonia y obtiene influencias de ella.
El recinto de estos palacios estaba cerrado por murallas. Al igual que los mesopotámicos, estaban construidos sobre terrazas. Las estructuras eran adinteladas y empleaban cómo soporte la columna.
El palacio tenía unos propileos donde aparecían toros alados, como símbolo de poder y majestuosidad. Había también una sala de audiencias llamada apadana. Junto a ella había una sala de recepción y el salón del trono que era la parte pública del palacio.