Castellano, pregunta formulada por roagonzalo70, hace 11 meses

¿Cuando nace belgrano como se denominaba nuestro territorio? ¿Cuando se produce la revolucion de mayo se sigue denominando asi?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por adriannicolascrak
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Ecuador ha sido en varias etapas de su historia reciente el primer

productor de banano en el mundo. Por ello, muchos en Europa y Norteamérica

identifican el nombre de nuestro país con el banano. Pero el Ecuador no es,

ciertamente, una “banana republic”, como con desprecio e ignorancia ciertos

políticos norteamericanos solían calificar a los países cuyo pequeño tamaño,

reducida población e inestable vida política les impulsaba a pensar que eran

también simples o primitivos.

Nuestro país es pequeño, sobre todo si lo comparamos en el ámbito de

América del Sur, donde hay repúblicas de grandes dimensiones, aún

comparadas a escala mundial. Pero el Ecuador no es simple, no es sencillo. Es

una entidad social y política compleja. En muchos sentidos, lo es mucho más

que la mayoría de los países del mundo, algunos de ellos bastante más grandes

y poblados.

Ningún país es simple, pero el nuestro es aún más complicado de lo que

nosotros mismos estamos dispuestos a admitir. Por ello, al tratar de entender el

Ecuador no podemos caer en la tentación de repetir estereotipos o lugares

comunes. No podemos, por ejemplo, sostener que debemos pugnar por la

unidad étnica, eliminar a los indios y negros; “mejorar la raza”, como se dice

vulgarmente, para unificar al país. Tampoco es aceptable pensar que como los

indígenas son descendientes de los pobladores originales de estas tierras, solo a

ellos les pertenecen, y los blancos o mestizos tenemos que emigrar o vivir aquí

como extranjeros en nuestra propia tierra.

En otro orden de cosas, no parece correcto pensar que defender la unidad

nacional y combatir al regionalismo es suprimir la identidad y las demandas de

los pueblos costeños, o de vuelta, separar a la costa de la sierra en dos países

distintos. Tampoco es justo pensar que nuestras diferencias religiosas se

superarían a fuerza de imponer de nuevo al catolicismo como religión única.

Aunque nunca en el pasado nuestro país vivió aislado del resto del

mundo, hasta hace no mucho solíamos pensar que Ecuador era la última

esquina de la tierra y que la realidad externa lo influía poco o nada. Pero ahora

no solo sentimos que somos parte de una realidad cada vez más influida por un

mundo globalizado en acelerado cambio, sino que el creciente número de

ecuatorianos y ecuatorianas que dejan el país nos vuelve cada vez más

concientes de que la migración cambia al Ecuador, por dentro y por fuera, de

muchas maneras, profundizando los rasgos de su diversidad.

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