¿cuán poderosa es la protección que nos brinda nuestra interpretación de la naturaleza humana y del estado de los muertos contra este engaño peligroso?
Respuestas a la pregunta
La experiencia terrenal del hombre no es más que una prueba para ver si concentra sus esfuerzos, su mente y su alma en las cosas que contribuyan a la comodidad y la satisfacción de su naturaleza física, o si dedica [el fin de] su vida a la adquisición de cualidades espirituales”.
La lucha entre nuestra naturaleza carnal y espiritual no es algo nuevo. En el último sermón que pronunció ante su pueblo, el rey Benjamín enseñó que “el hombre natural es enemigo de Dios, y lo ha sido desde la caída de Adán, y lo será para siempre jamás, a menos que se someta al influjo del Santo Espíritu, y se despoje del hombre natural, y se haga santo por la expiación de Cristo el Señor”.
El apóstol Pablo enseñó que “los que viven conforme a la carne, en las cosas que son de la carne se ocupan; pero los que viven conforme al espíritu, en las cosas del espíritu.
“Porque el ánimo carnal es muerte, pero el ánimo espiritual es vida y paz”.
A mi parecer está claro que una de las cosas más importantes que podemos aprender en esta vida es cómo hacer resaltar nuestra naturaleza espiritual eterna y cómo controlar nuestros malos deseos. Esto no debe resultar tan difícil. Después de todo, nuestro espíritu, que ha existido mucho más tiempo que nuestro cuerpo físico, ya ha triunfado en el mundo preterrenal al elegir la rectitud sobre la maldad. Antes de que se formara esta tierra, vivimos en el mundo de los espíritus como hijos e hijas de nuestros Padres Celestiales, quienes nos amaban y continúan amándonos.
Y sí, en esa esfera preterrenal, efectivamente tuvimos que tomar decisiones que cambiaran la vida. Toda persona que ha vivido o que vivirá en este planeta tomó la decisión esencial de aceptar el plan del Padre Celestial para nuestra salvación, de modo que todos vinimos a la tierra con un historial comprobado de éxito en lo espiritual y un destino eterno.