Física, pregunta formulada por Agustinanahir, hace 9 meses

cualidades entre la reina masa y el señor peso​

Respuestas a la pregunta

Contestado por kborjaledesma
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Respuesta:

La Reina Masa y el Señor Peso

Había una vez una Masa que, creyéndose Reina, andaba por casi todas partes del mundo

para que todos la conocieran y supieran lo importante que era. No existía territorio alguno

que no supiera de su existencia. Estaba en todas partes.

Por entonces, en una aldea cercana, surgió sin explicación alguna un señor que se hizo

prontamente conocido y llegó a oídos de toda la gente por todas partes de la tierra. Se hizo

llamar el Señor Peso. Fue tanta su popularidad que la gente lo empezó a usar para muchas

cosas de su vida cotidiana.

Las personas cuando iban a la feria le decían al vendedor que le pesaran la fruta y la

verdura. Cuando iban al médico, la enfermera lo primero que hacía era pesarlos. Cuando

jugaban en el parque de entretenciones el que pesaba más ganaba en el juego del balancín.

El Señor Peso pronto se hizo más popular que la famosa Masa y no faltó quien concertó un

encuentro entre ellos y toda la gente se dispuso a verlos y a escucharlos, tal era la fama de

ellos que no hubo reino en la tierra que no estuviera atento a este esperado acontecimiento.

La Masa, cuando vio llegar al Señor Peso no se movió de su lugar esperando que el recién

llegado se acercara a rendirle honores. Por cierto que el Señor Peso hizo caso omiso de tal

situación y se colocó pronto a disposición del moderador, el famoso y prestigiado animador

Gravitón.

1 Preparado por Patricio Barros  

Cuentos Didácticos de Física Hernán Gonzalo Verdugo Fabiani

Gravitón les pidió que se identificaran y dieran a conocer sus cualidades más atractivas que

tenían.

Entonces el Señor Peso dijo: Yo estoy en todas partes de la tierra, la gente me usa para

muchas cosas y, me cambio de ropaje cuando quiero, la gente me valora de diversas

formas, a veces soy más grande otras veces más pequeño. No hay cosa en la Tierra donde

yo no esté. Yo siempre miro hacia abajo, nunca miro hacia el lado ni hacia arriba, ¡no!, la

gente y las cosas se han dado cuenta que no necesito mirar hacia arriba pues nadie más

hay.

Le llegó el turno a la Masa y dijo, muy pausadamente: Miren todos, yo sí que estoy en todas

partes, no solo en la Tierra, yo existo en todas partes y más aún, no me ando cambiando de

vestuario, la gente que me conoce en un lugar siempre me verá de la misma forma, nunca

sufrirá un desengaño, yo jamás los defraudo. No importa que vaya al polo o al ecuador, sigo

siendo la misma. Con la humildad que me da el saber que soy la Reina de toda la naturaleza

no necesito andar mirando para abajo, yo miro de frente de costado, para arriba, para

abajo, para todas partes miro yo.

El Señor Peso, viendo que la gente que estaba presente en el encuentro empezó a aplaudir

más a la Masa, sacó de entre su ropaje su bastón de mando, que parecía una flecha, y por

más que quería levantarlo no podía, no dejaba de señalar el centro de la tierra.

La Masa, no podía contenerse de la risa y siguió: El Señor Peso dice que es importante y

popular, más bien lo que sucede es que la gente no se ha dado cuenta de lo enfermizo que

es, se ha hecho conocido por ser un ser de múltiples personalidades, cuando está en esta

ciudad se ve de una forma, pero en otra ciudad del sur o en otra del norte, cambia de

personalidad y se muestra de otra forma. No como yo, insisto, me muestro en todas partes

de la misma forma. Y vieran ustedes lo que le sucede cuando viaja a otro planeta o a

nuestra amada Luna, su forma se va empequeñeciendo e incluso desaparece a cierta

distancia, solo cuando va a llegar a otro lugar nuevamente adquiere una forma visible.

Parece que por sí solo no se puede presentar, parece que su forma depende del lugar donde

se encuentre.

Ya, a estas alturas, el Señor Peso estaba solo escuchando a la Masa, igual como la gente

que había concurrido a este esperado encuentro.

El Señor Peso, continuó la Masa, no puede caminar solo y mirar al frente, quizás no se ha

dado cuenta pero donde él va me encuentra a mí y por más que se sacude no puede

deshacerse de mí, le soy indispensable. No se dejen engañar, a veces él les pide que le

llamen por un seudónimo, el kilogramo, pero ¿no saben que ese es mi apellido? y ¿qué este

que se hace llamar Señor me lo quiere quitar?

Explicación:

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