¿Cuáles son los valores que deberían estar presentes en todas las culturas y, con ellos, las normas a seguir?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La cultura y las normas culturales son esenciales para la forma en que las sociedades crean y restringen las identidades sexuales y de género de las personas. Las culturas se componen de valores y creencias compartidos y las normas culturales son una serie de creencias sobre lo que es “normal” o adecuado para esa sociedad. Muchas personas dan por supuesto que las normas culturales y las tradiciones son “como han sido siempre las cosas”, sin cuestionarse cómo ha desarrollado su cultura o su sociedad esa norma concreta. Sin embargo, las culturas evolucionan y cambian, crecen con el tiempo para adaptarse a los cambios de la comunidad, adoptando nuevas influencias e incorporándolas a las historias que utilizan las personas para comprenderse a sí mismas y a quienes las rodean.
La cultura recibe contribuciones muy variadas: el lenguaje, la familia, el arte, la música, los medios de comunicación, la historia y la religión. La religión puede tener una influencia especialmente fuerte sobre la cultura y sobre las creencias y los valores de las personas. Las instituciones religiosas pueden ejercer una influencia política en la adopción de leyes y políticas que regulan la sexualidad y la reproducción. La religión tiene sus propios sistemas de entender e interpretar el mundo, que pueden complementar o contradecir una cultura nacional o comunitaria concreta, y apoyar u oponerse a los principios y normas de derechos humanos. La religión ejerce en particular gran influencia en los valores de las personas: valores como el amor, la compasión, la comprensión y la caridad son elementos comunes en casi todas las religiones y culturas.
Las normas culturales que se refieren a cuándo y cómo mantener relaciones sexuales, qué roles se supone que desempeñan hombres y mujeres en la sociedad y cómo se forman las familias están muy influidas por la religión y la historia, entre otras cosas. Las imágenes de los medios de comunicación, el arte y la música se basan con frecuencia en estereotipos de género y alimentan las expectativas sobre el comportamiento de una persona, incluido el sexual. Piensen en las historias con las que crecieron: ¿Cómo se solían comportar los hombres? ¿Algunas formas de ser hombre o mujer se consideraban “buenas” o “acertadas” y otras no? Esas historias contribuyen a establecer una norma sobre cómo se supone que debe ser nuestra conducta