¿Cuales son los problemas que pueden presentarse en el voto nulo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Son varias las circunstancias capaces de anular un voto: Incluir una boleta no oficial, o un documento electoral no oficial, o equivocarse en la votación por la introducción de una papeleta correspondiente a otra casilla
pregunta:
¿Cuales son los problemas que pueden presentarse en el voto nulo?
Respuesta:
La abstención suele ser resultado de muchas situaciones: despolitización, abstención deliberada, consenso pasivo, etcétera. El impulso del voto blanco, primero espontáneo y luego deliberado, surgió de un hartazgo, de un malestar, de un desencanto, pero ahora del gobierno, los partidos y el modo de gobernar de los mismos; de la economía, de la inseguridad y de la degradación social que es paulatina.
Estamos ante un sistema político limitado, en donde varios ejes de referencia se han trastocado sin que se puedan suplir todavía
La democracia más allá de lo electoral parece muy complicado. Pareciera haber un consenso sobre que los medios pacíficos (preferentemente institucionales) son los adecuados para resolver nuestros problemas, sin embargo en la consolidación de esas instituciones los partidos políticos parecieran tener un papel cuestionado y con acciones muy debajo de lo esperado.
Así, reviste importancia avocarse a lograr un mejor entendimiento entre los partidos políticos y los ciudadanos. La forma tradicional es el voto en las elecciones, en donde surge el problema del abstencionismo; pareciera que de manera paralela se desarrolla otro escenario: el voto nulo.
Esto significa que no sólo existe gente que no quiere participar en una elección, sino además hay otra que equivocándose o con intención inutiliza su boleta electoral. El punto nodal del planteamiento general se
encuentra aquí: ¿las personas se equivocan o no, al realizar un voto nulo?
Y, sobre todo, estamos ante la situación de que el voto nulo no implica
una forma de votar con consecuencias, pues sólo se pasa a la estadística.
Probablemente traemos una inercia de considerar al voto nulo producto de un error como posibilidad única, por eso se considera que la solución ya ha sido dada desde hace mucho tiempo.
El problema es que mucha gente considera que los partidos no tienen su confianza y sin embargo no quiere dejar de ejercer su derecho de votar.
¿Qué hacer? ¿Y si se hiciera una o varias marcas en la boleta electoral con el fin de inutilizarla y mandar así entre otros mensajes el de soy un ciudadano consciente, pero estos partidos no reúnen mis expectativas?
De ser cierto lo anterior, se está ante un problema serio, porque lo quebse consideró como la salida para un error del votante, se pasó a ignorar una forma de expresión.
En algunos países se cuentan los votos nulos dentro de la votación válida para efectos de asignaciones de prerrogativas a los partidos o bien para saber si un partido superó el umbral o barrera legal; en el caso de México, de la votación total se descuentan los votos nulos, los votos en blanco y los votos por candidatos independientes no registrados, para sacar la votación válida (Código, 2003, art.12), además de los votos de los partidos que no superaron la barrera electoral, la cual es del 2%.
No obstante, no existe formalmente la aceptación en los sistemas electorales sobre que un voto nulo sea una forma de votar. Aclaro: se establece la hipótesis como una forma de votar, pero digamos que “no cuenta”, no se comete un delito o infracción por anular el voto; de hecho se prevé la situación pero no tiene efecto sobre los resultados en la ratificación de registros electorales, determinación de montos económicos para partidos políticos, etc.
En México, como en muchas otras partes del mundo, el número de
votos nulos no es despreciable: no se trata de uno que otro despistado o bromista; por el contrario, se trata de un porcentaje que está rondando el 4%, es decir, es mucho más que los votos que reúnen varios partidos y sería suficiente para superar el umbral electoral y mantener un registro, esto sin que se gaste en su promoción (ver cuadros anexos).
De esta manera se abre un espacio mínimamente analizado: las implicaciones recientes del voto nulo y su potencial de uso alternativo en las votaciones.
El voto nulo
En este orden de ideas surge el concepto de voto nulo. Éste ha servido para designar el voto que ante una marca de votación en la boleta electoral, no queda clara la intención partidista, esto es: se marcó más de una opción
electoral, se invadió el espacio de otro partido de manera importante, o bien se hizo una marca equivocada y se trató de enmendar el error con una segunda seña (se resbaló el marcador, etc.). En fin, ante la imposibilidad
de determinar a quién adjudicar el voto, se le declara nulo. La ley federal hace esta referencia al voto nulo:
Se entiende por voto nulo aquel expresado por un elector en una boleta que depositó en la urna, pero que no marcó un solo cuadro en el que se contenga el emblema de un partido político, el de una coalición o el de los emblemas de los partidos coaligados…” (Código, 2003, art. 227).
Se ha considerado que de esta manera se llega a una solución justa, se pierde una intención de voto, pero no se corre el riesgo de asignarla equivocadamente, además de que una boleta podría suscitar una polémica, que no correspondería al peso electoral que tiene en una casilla, por ejemplo.