Cuáles son los personajes de orden jerárquico
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Abstract – This article develops an analysis of Eduardo Goligorsky’s “Orden jerárquico”, a story that has
been included many times in anthologies of detective stories, but ignored as far as relates to critical studies.
Our reading focuses on the complexity of the systems of power that the story presents, and on how these
devices produces anonymity and helps to consolidate impunity. In turn, we study the figure of the narrator,
who operates through hidings, suggestions and omissions, making himself an implicated part in the actions
narrated. Finally, we focus on the notion of "hierarchy", a central concept in the story as it is related to the
social position of the characters, and with the arms they use.
Keywords: Goligorsky; anonymity; hierarchy; impunity; arms.
Para abordar la literatura policial negra en la Argentina de los años setenta, “Orden
jerárquico”, de Eduardo Goligorsky (1931) funciona como caso paradigmático.
Paradójicamente, se trata de un relato que ha poblado las antologías del género pero ha
sido ignorado casi completamente por los críticos hasta el día de hoy. Nos proponemos, en
las líneas que siguen, estudiar el cuento enfocándonos en la representación de los
dispositivos de poder que éste desarrolla, así como en la noción de “jerarquía”, que lo
atraviesa enteramente. “Orden jerárquico” traslada buena parte de los tópicos del negro a
la ciudad de Buenos Aires, entre callejones oscuros y lugares de mala muerte, una
corporación anónima que funciona como máquina de matar y un ambiente enrarecido,
marcado por el crimen y la corrupción que involucran hasta las más altas esferas de la
sociedad.
En 1975, el semanario Siete Días Ilustrados publicó las bases de su “Primer
Certamen Latinoamericano de Cuentos Policiales”. Se presentaron 945 textos y los
encargados de evaluarlos fueron Jorge Luis Borges, Marco Denevi y Augusto Roa Bastos.
El jurado premió a cinco cuentos y dos meses después se publicó Misterio 5, un libro que
contenía los relatos seleccionados. Ellos eran “Lastenia”, de Eduardo Mignona; “La loca y
el relato del crimen”, de Ricardo Piglia; “El tercero excluido”, de Juan Fló; “Los reyunos”,
de Antonio Di Benedetto; y “Orden jerárquico”, de Eduardo Goligorsky. La cantidad de
participantes, el renombre de los integrantes del jurado, sumados a la popularidad de la
publicación que había organizado el certamen –Jorge Lafforgue y Jorge Rivera dicen en su
libro Asesinos de papel, que la tirada de Siete Días Ilustrados era de aproximadamente
cien mil ejemplares (Lafforgue, Rivera 1996, p. 37)– permiten corroborar sin dificultad la
notoriedad de aquel evento cultural por esos años. El hecho llamativo en el resultado del
concurso es que de los cinco cuentos elegidos, todos pertenecen al policial negro (máxime
si consideramos que Borges, uno de los más acérrimos defensores del policial de enigma,
formaba parte del jurado). Este dato es relevante ya que funciona como muestra del
momento que atraviesa el género en la Argentina de la década del setenta. En años
signados por las disputas políticas armadas y la fragmentación de las instituciones, no
parece azaroso que el policial negro haya incrementado su vigencia. Poco tiempo después,
Explicación:
Esperó que te sirva de algo suerte y bendiciones hasta la próxima y si es así dale en la coronita