cuales son los origenes de la danza ecuatoriana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
nacieron de la cultura y se siguiron expandiendo por el país
Respuesta:
Nació en La Magdalena, un barrio tradicional del Sur de Quito, el 30 de marzo de 1953. La familia de María Luisa González era numerosa (contaba con diez hermanas) de clase media. Ella describe a su padre como un hombre muy trabajador, pues debía esforzarse a pulso de trabajo para sostener a su familia. Las limitaciones económicas y de posibilidades no fueron razón de sufrimiento en su niñez, de la cual habla con mucha nostalgia y alegría:“Muy bella, una familia muy solidaria, muy unida. (…) Teníamos una casa muy grande con patios y con un terreno muy grande donde había plantas, flores, árboles. Esa posibilidad de estar con la naturaleza y de tener un montón de hermanas que siempre jugábamos, esa felicidad (…), ha hecho de mí tener una idea de una niñez en donde no importa no tener la ropa, porque yo tenía que esperar que pasen al menos siete o seis hermanas para que me llegue el uniforme (riendo) (…) Pero eso no tenía tanta importancia teniendo esa sensación de estar siempre jugando y al aire libre” (Gonzáles, 2014)A muy temprana edad se enamoró de la danza cuando tomaba clases de bailes españoles con una vecina, después ella y sus hermanas ganaron una beca para estudiar folclore con Marcelo Ordoñez en la Casa de la Cultura “Mi hermana mayor estuvo dos o tres meses por decir algo, no recuerdo exactamente. Pero yo desde que entré dije -¡Uy! Ha habido otro mundo” (González, 2014). Cuando iba a “la danza”, solía espiar las clases de ballet que se daban en la CCE, y anhelaba participar de ellas. Al poco tiempo, comenzó a aprender ballet con la Maestra Noralma Vera:“ella es una mujer muy intelectual, muy exigente, recién había venido de bailar de Francia, de bailar con Alicia Alonso en el ballet de Cuba (…) entonces tenía una idea muy clara de cómo había que profesionalizar y educar (…) era una maravilla para mí. Sin embargo con eso habían más tensiones con mis papás. Hace cuarenta y cinco años (…me cuestionaban…) -¿de qué vas a vivir? -ya dedícate a algo -¡ya deja eso!” (…) ¿Yo qué pensar de qué iba a vivir? Yo estaba viviendo nomás” (González, 2014)En ese círculo conoce gente que le permiten identificarse con los movimientos de izquierda: “Descubrí en la Casa de la Cultura que había que luchar por algo, que había pensamientos, había ideologías (…) empecé a hacer danzas que también estaban ligadas a lo social, a lo político” (González 2014) y es cuando da a luz una idea fundamental para nuestra reflexión: a través de la danza se puede hablar. “Los años setenta fueron nutrientes, valiosos para forjar en mí el sentido del arte desde la perspectiva creativa, social, política y humana. Todo el auge de cuestionamientos y descubrimientos se daba por los movimientos de intelectuales y artistas dentro y fuera de la Casa de la Cultura” (González en “El Apuntador”)[1].Su carrera comienza realmente a los diecisiete años, cuando fue invitada por el movimiento de los trabajadores a bailar en el Festival Mundial de la Juventud en la ciudad de Berlín. Esa experiencia la entusiasmó y la impulsó finalmente a dedicarse a la danza seriamente. Fueron muchas las prohibiciones de su padre al respecto sumadas las limitaciones económicas. Está de más decir que tuvo que ser un duro proceso el de aterrizar sus metas como bailarina. En los años setenta también viajó a Cuba, en esta etapa comenzó a descubrir la danza moderna y la danza contemporánea y vio muchas obras que le cautivaron por el resto de su carrera, porque era la época de oro de la danza cubana. “Nuestros pasaportes esa época decían “válidos para cualquier país del mundo excepto Cuba”. (…) mis papás lloraban decían: -¿Cómo te vas a ir allí? -Ahí matan a los niños, te van a poner un uniforme y te van a llevar a las zafras - no haz de tener qué comer (riendo)” (González, 2014)La danza le ha permitido encontrar sentidos políticos en su vida, pero también le han acercado a la literatura. Ella es gran admiradora de Pablo Neruda, Ulises Estrella y Pablo Vallejo, escritores que han influenciado mucho en su trabajo creativo. Al entrar en la Universidad, incluso estudió unos años Pedagogía y Literatura en la Católica, pero luego lo dejó para dedicarse por entero a la danza que consumía todo su tiempo. Incluso dejó un trabajo muy apetecido por cualquiera que por influencias de su hermana consiguió siendo muy joven al salir del colegio, ella pudo ser profesora de danza con nombramiento en el magisterio. Desistió del trabajo porque aunque le gustaba dar clases, lo que más quería en ese momento era ser bailarina. Entonces fue a México para estudiar por su cuenta: “hace cuarenta años no habían becas, ni senescyt, ni IECE, ni nada” (González, 2014). En aquella época y en ese país estaba de auge la técnica Graham, Maestra a la cual un día pudo saludar en persona.