¿Cuáles son los músculos que nos ayudan a mantenernos firmes de pie? *
1 punto
Músculos superiores de las piernas.
Músculos inferiores de los gluteos.
Músculos superiores de los gluteos.
Músculos inferiores de las piernas.
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Respuesta:
“Aunque no se lo note, permanecer parado es un desafío constante para el sistema nervioso”, explica André Fábio Kohn, ingeniero biomédico de la Universidad de São Paulo (USP). Kohn y sus alumnos de doctorado desarrollaron un nuevo modelo que describe la forma en que una parte de la médula espinal ‒el tejido formado por las neuronas agrupadas en el interior de un conducto que atraviesa los huesos de la columna‒ controla la contracción y relajación de los músculos ubicados debajo de las rodillas. Esos músculos son los que controlan las rotaciones del tobillo, impidiendo que el cuerpo erguido caiga hacia adelante o hacia atrás.
El modelo del equipo de Kohn demuestra que la médula espinal es lo suficientemente poderosa como para recibir las señales eléctricas indicadoras de tensión en los músculos, procesarlas y enviar de regreso las órdenes para controlar esa tensión, con poquísima ayuda del cerebro. “Algunos piensan que la médula espinal es como un cable eléctrico que está conectado al cerebro, tan sólo un manojo de nervios de paso, pero esa idea es errónea. Si el cerebro es el equivalente a una supercomputadora, la médula espinal sería una computadora muy potente”.
Los músculos simulados por el equipo de Kohn presentan el mismo modelo de actividad eléctrica ‒una combinación de señales continuas e intermitentes‒ que los neurofisiólogos e ingenieros biomédicos observaron en experimentos recientes con seres humanos. Un músculo de acción rápida, el gastrocnemio [al que popularmente se lo conoce como gemelo], que, además de mantener la postura, ayuda a saltar y correr, actúa en forma más pulsante, intermitente, activándose entre una y dos veces por segundo. En tanto, un músculo más lento, aunque más resistente a la fatiga, el sóleo, tiende a activarse de manera casi permanente. “Algunos músculos responden en forma continua, mientras que otros lo hacen intermitentemente”, dice la médica Júlia Greve, del Instituto de Ortopedia y Traumatología de la Facultad de Medicina de la USP. Greve investiga terapias que ayudan en la recuperación de pacientes ancianos o con enfermedades neurodegenerativas con dificultades para realizar movimientos y mantener la postura. “El control del sistema nervioso sobre la sensibilidad de los músculos establecido en el modelo de Kohn constituye una función importante para la rehabilitación de esas personas”.
“Al permanecer de pie e inclinarse un poco hacia adelante, los músculos de la pantorrilla, el sóleo y el gastrocnemio, se contraen, mientras que el del frente de la pierna, el tibial anterior, se relaja”, explica Greve. En cambio, la musculatura de la parte anterior de la pierna se contrae y la de la pantorrilla se relaja si la tendencia fuera caer hacia atrás. “Este sincronismo está modelado en un mismo segmento de la médula espinal; la señal que le indica a un músculo contraerse es la misma que le indica al otro relajarse”.
La médica nota que el control de esos músculos representa tan sólo una parte del sistema de control postural. Para mantener el cuerpo en cierta posición, cada segmento de la médula necesita una copia del circuito de control desde el tobillo hacia los demás músculos del cuerpo. Además, la médula espinal y la corteza motora, la región cerebral responsable de los movimientos conscientes, deben trabajar en conjunto para integrar la información recibida desde los nervios ligados a los músculos con los datos registrados por la visión, el tacto y el sistema vestibular del oído interno, que suministra una referencia de dónde está la cabeza con relación al resto del cuerpo. “Sin esa noción, nos caemos”, dice.
Luego de permanecer algún tiempo parado, el cuerpo comienza a emplear otras estrategias para mantener el equilibrio. Más allá de la oscilación del tobillo, comienza a moverse la cadera y el apoyo del peso se centra alternadamente en una u otra pierna. “El sistema de control postural humano es un mecanismo de una complejidad extraordinaria”; dice el experto en biomecánica Daniel Boari, de la Escuela de Educación Física y Deporte de la USP. Según Boari, alrededor de 750 músculos controlan los más de 200 tipos de movimientos independientes que el cuerpo es capaz de realizar. “Cada grupo de investigación posee un punto de vista algo diferente al respecto de los mecanismos neuromusculares que intervienen en esas situaciones”, dice el ingeniero biomédico Robert Peterka, de la Universidad de salud y Ciencia de Oregón, en Estados Unidos.
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