cuáles son los hechos de apertura económica que precedieron al TLC
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Nada más equivocado que poner la apertura y el TLC en la misma canasta. Sarmiento, agudo analista con una veintena de libros, pretende aclimatar en Colombia el modelo propio, como él mismo lo denomina, que sólo justifica los acuerdos de libre comercio entre países y modelos con características similares, cuando la necesidad de ampliar el aparato productivo nacional, vía mayores exportaciones de bienes y servicios, requiere precisamente mercados más profundos y diversificados que el nuestro. Podemos estar de acuerdo con Sarmiento en que la apertura sometió a nuestra agricultura a un tratamiento de choque que en breve plazo tuvo nefastas consecuencias. En efecto, en 1991, en sólo siete meses, se eliminaron las restricciones comerciales cuantitativas y se redujeron para todo el mundo y unilateralmente los aranceles promedio del 38 por ciento al 12 por ciento, basado en el supuesto de que las señales de precio ni la competencia internacional llegaban al campo colombiano. El aumento del gasto público y del endeudamiento externo registrado entre 1991 y 1998 y la ausencia de una efectiva intervención del Banco de la República tuvieron como efecto una fuerte apreciación del peso. La combinación de apertura y revaluación se tradujo en la pérdida de un millón setenta y cinco mil hectáreas de cultivos agrícolas de ciclo corto (maíz, sorgo, soya, algodón, arroz, cebada y trigo) y de 500 mil empleos entre 1991 y 1999, toda una debacle económica y social. Forzoso es reconocer que el TLC con Estados Unidos opera en una órbita distinta. A diferencia de la apertura, el TLC es el engranaje central del proceso de inserción internacional de la economía, la agraria incluida, de carácter recíproco y equitativo, cuidadosamente negociado y por tanto no unilateral. A diferencia de la apertura, el TLC tiene como ingrediente fundamental la gradualidad en un marco de permanente consulta, ausente en la apertura, abrupta e inconsulta, de los años noventa. Los plazos acordados con Estados Unidos le permiten al agro nacional ajustarse en el tiempo, en algunos casos con períodos de gracia, razonables cupos de importación, salvaguardias automáticas y elevados aranceles de partida que de manera gradual y controlada permiten enfrentar una competencia incremental en la medida que transcurren los tiempos de desgravación negociados. A diferencia de la apertura, el TLC viene acompañado de una agenda interna de competitividad y mejora de la infraestructura a cargo del DNP. A diferencia de la apertura, el TLC trae consigo el fortalecimiento de la capacidad institucional y de los procedimientos de aduanas, y la consolidación de un sistema nacional de control sanitario y fitosanitario con nuevos aportes presupuestales e incremento del personal calificado. A diferencia de la apertura, los nuevos retos del TLC vienen de la mano con las ayudas del proyecto de ley Agro Ingreso Seguro, que sin duda van a fortalecer la competitividad del agro a mediano y largo plazo. El TLC con Estados Unidos no replica ni se asemeja a la apertura comercial de los noventa. El TLC hace parte de la internacionalización de nuestra economía en forma recíproca y equitativa, con una seguridad jurídica incuestionable, cuyo aprovechamiento dependerá, eso sí, del manejo cambiario del Banco de la República. El TLC hace parte de la internacionalización de nuestra economía en forma recíproca y equitativa.
Explicación:si te ayude en algo dame corazoncito y estrellitas....mucho mejor si es coronita