¿Cuales son los desafíos que han estado viviendo las artesanos durante este tiempo de pandemia y cómo los han enfrentando ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La producción de objetos artesanales en nuestro país tiene larga data. En nuestras regiones, existe una extensa variedad de oficios tradicionales dedicados a la producción permanente de objetos de la vida cotidiana, así como de piezas de arte. En los años previos a la crisis económica, sanitaria y política que vivimos, el fomento del turismo comenzó a vincular de forma más cercana a los productores de objetos tradicionales para brindarles un mercado gracias al flujo de turistas.
La pandemia por el covid-19 ocasionó la paralización total del turismo y una grave crisis en el sector. En ese sentido, con la finalidad de examinar la situación de los artesanos, se llevó a cabo el ciclo temático virtual “Artesanía y turismo: desafíos para el sector por la pandemia del covid-19”, donde a través de tres video-columnas y una mesa verde virtual se buscó responder a la pregunta ¿qué desafíos o cambios podremos observar en el turismo/sector artesanal a raíz de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del covid-19?
Para ello se invitó a diversos especialistas en el tema, quienes reflexionaron sobre los próximos pasos que la artesanía y el turismo tendrán que ensayar superada la pandemia. En ese sentido, la discusión giró en torno a las consecuencias que se pueden proyectar en la artesanía y el turismo, así como alrededor de los aspectos a tomar en consideración para repensar la recuperación de los artesanos. Entre los y las participantes nos acompañaron Gisela Cánepa, docente principal del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP; Rafael Barrio de Mendoza, investigador del Grupo Propuesta Ciudadana; Carolina Concha, integrante de la Federación de Artesanos de Chinchero; Raúl H. Asensio, investigador principal del IEP; Sara Lucía Guerrero, antropóloga, y Josefa Nolte, antropóloga.
El balance general del ciclo temático indica que la crisis en el sector artesanal parece haber develado que existe en gran medida una dependencia entre el mercado turístico y la producción artesanal. Esta dependencia no solo ha mostrado que los productores de artesanías no tienen a quién vender sus productos, sino también que el gremio está desguarnecido debido a que trabaja en la informalidad, no tiene seguridad social y no existe un mercado interno sólido. A esto se suma que no queda claro qué organismo del Gobierno es la máxima autoridad en el tema, ya que se traslapan responsabilidades entre los gobiernos locales y regionales, y los ministerios de Cultura y de Comercio Exterior y Turismo.
Todo esto da cuenta de la vulnerabilidad en la que se encuentran los y las artesanas que suelen provenir de lugares marcados por la desigualdad. Por ello, en medio de una crisis generalizada como la actual, la situación de las personas que se dedican a estos oficios se agrava.
El turismo estuvo completamente detenido durante gran parte del año, por lo que, ante este panorama desolador, todos los negocios han dejado de percibir ingresos, lo que muestra la falta de planificación del sector turístico. Las consecuencias son previsibles a mediano y largo plazo. Raúl H. Asensio resaltó que esta actividad económica es resiliente, sobre todo en destinos consolidados como el Cusco. En ese sentido, cuando pase la pandemia, estos destinos volverán a atraer turistas. Sin embargo, hay que pensar qué hacer a mediano plazo mientras estos regresan. El ecosistema turístico está compuesto por una cadena de servicios que, por la emergencia, han tenido que virar a otras actividades. Esto presenta una oportunidad, ya que se pueden replantear las reglas acerca de cómo brindar un mejor servicio turístico. Lamentablemente, la restauración de este ecosistema nos encontrará en un momento de inestabilidad política y económica, cuando probablemente no se priorice replantear el modelo turístico.
La situación del sector artesanal tampoco resulta alentadora. Durante estos meses, los y las artesanas se enfrentaron a la falta de acceso a materias primas y a la imposibilidad de reunirse en sus talleres. Además, enfrentaron la ausencia de un mercado local. Esto produjo que tuvieran que trasladarse a otras actividades, como la agricultura o el comercio, por ejemplo. Lamentablemente, no ha habido una respuesta rápida y eficiente por parte del Estado para mitigar los efectos de la pandemia, que no solo ha afectado el ingreso económico de estas personas, sino que también ha paralizado la transmisión de saberes y conocimientos tradicionales.