cuales son los cambios y permanencias desde la pelea entre huascar y atahualpa
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En 1525 se produjo una epidemia de una enfermedad desconocida para los incas, identificada por historiadores posteriores usualmente con la viruela o el sarampión, que causó la muerte de Huayna Cápac en Quito.15 Antes de morir, Huayna Cápac había designado como príncipe sucesor a Ninan Cuyuchi, pero este también había enfermado y muerto en Tomepampa sin que lo supiera su padre. Aunque un grupo de curacas intentó mantener en secreto la muerte del Inca y de su sucesor para evitar rebeliones,16 Huáscar se enteró por medio de su madre Raura Ocllo, que viajó rápidamente de Quito a Cusco.17 La peste había matado también a dos de los orejones regentes en la capital, dejando como la mejor opción a Huáscar para suceder a su padre,13 elección que fue ratificada por los nobles cuzqueños.16 Atahualpa, en tanto, se encontraba en campaña junto al ejército y pasó desapercibido. Era el preferido de los mandos militares; los comandantes más influyentes y capaces habían decidido quedarse con él en Quito y Tomepampa.17
Otras fuentes indican que Huayna Cápac de hecho nombró para su sucesión, en primera opción a Ninan Cuyuchi y en segundo lugar a Huáscar, mientras que inicialmente no se preocupó de Atahualpa; posteriormente y tras consultarlo con sus hijos mayores, dejaría a Atahualpa como herencia el cargo de curaca o gobernador de Quito.18
En el Cuzco, Chuquishuaman y Conono, hermanos de Huáscar, intentaron sublevarse para poner en el trono a Cusi Atauchi, pero el intento falló y la desconfianza y preocupación comenzaron a crecer en Huáscar.7 Cuando llegó la momia de Huayna Cápac a Cuzco, Huáscar se enfureció pues la delegación no había traído consigo a Atahualpa. Mató a varios nobles cusqueños sólo por ser sospechosos de traición y de esa forma empezó a ganarse la antipatía de la nobleza cusqueña.19
Huáscar veía en Atahualpa la mayor amenaza a su poder, ya que este había pasado una década combatiendo en las campañas de su padre y tenía el apoyo de muchos. No se opuso a que permaneciera como gobernador de Quito, por respeto a los deseos de su difunto padre, pero con dos condiciones: que no hiciera campañas militares para expandir sus territorios y que se reconociera vasallo suyo y le pagara tributos. Atahualpa aceptó.20
Lo cierto es que el territorio bajo el dominio de Atahualpa era un área muy rica y poblada, teniendo este la posibilidad de realizar campañas de conquista a los ricos pueblos al norte de esta, algo a lo que, por cierto, ya no podía aspirar Huáscar, pues su frontera norte quedaba prácticamente cerrada por los dominios de su hermano. Huáscar comprendió que Atahualpa podía fácilmente fortalecerse hasta llegar a tener la capacidad de enfrentársele para someterlo.21 Atahualpa contaba además con las mejores tropas del imperio y los generales más experimentados de las campañas de su padre.22nota 2 Una tensa paz duró no más de cinco años, sin que ninguno de los dos realizara alguna campaña militar y dedicándose a disfrutar de las riquezas que heredaron.20 Huáscar aprovechó ese tiempo para conseguir el apoyo de los cañaris, una poderosa etnia que dominaba extensos territorios del norte del imperio y mantenían rencores hacia Atahualpa, pues éste los había combatido durante las campañas de su padre.
Como las relaciones con su medio hermano empeoraron progresivamente, Atahualpa viajó a Tomepampa, donde ordenó la construcción de varios edificios en honor presuntamente a Huáscar, pero lo único que logró fue aumentar las intrigas y desconfianzas del gobierno de Cusco.17 Los huascaristas veían en cada acción de Atahualpa una señal de traición y los atahualpistas consideraban que los cusqueños deseaban para si los beneficios y riquezas del imperio, excluyéndolos a ellos. Fue entonces que Ullco Colla17 o Chapera,23 curaca de Tomepampa, envió mensajeros a Huáscar con noticias de que Atahualpa planeaba rebelarse.17
Atahualpa, desde Quito, mandó presentes a su hermano en señal de respeto y reconocimiento de la corona, pero Huáscar asesinó a los mensajeros y mandó a otros con regalos despectivos (consistentes en ropas y adornos de mujer) y un mensaje que ordenaba a Atahualpa ir a Cuzco. Atahualpa fue convencido en Quito por sus generales que si iba a Cuzco sería asesinado y que era mejor derrotar a Huáscar para que lo suplantara en el mando