Arte, pregunta formulada por elitoarevalo353, hace 1 año

¿cuales son las tres versiones de la historia del aguacate pasillo ecuatoriano?

Respuestas a la pregunta

Contestado por chester77423
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Respuesta:

El Aguacate" es uno de los pasillos más escuchados en el ámbito nacional e internacional por su valor melódico, su título y el sabor tradicional, contactados con las aspiraciones amorosas del pueblo que siente los secretos de la vida y del amor.

El autor de la letra y la música es el quiteño César Guerrero, quien tenía (o tiene aún, pues vive en su obra) el poder de despertar y excitar las emociones y sentimientos de una manera muy especial, usando estímulos que él pudo descubrir en el espíritu humano.

La letra del pasillo es latido amoroso al ser amado en calidad de dicha, tesoro e ilusión, para que le cure los males y no le olvide. El amor y la fe entregan como testimonio predilecto pidiéndole comprensión a quien le adora y es su encanto, el mayor anhelo y su ilusión.

Esta declaración refleja ansiedad y equilibrio frente a la belleza considerada como hecho íntimo y social, fruto de la aspiración amorosa y las reacciones síquicas peculiares. No encontramos un romanticismo llorón sino la invocación serena.

Sobre el origen del título del pasillo, que en nada se acerca al contenido de la poesía, se han tejido algunas versiones.

Alejandro Pro, señala que César Guerrero puso el título en Cumbayá, mientras tocaba el pasillo al piano, en compañía de sus amigos; de repente una pepa de aguacate, lanzada por uno de sus hijos, cayó sobre el teclado, hecho que lo llevó a ponerle semejante nombre al pasillo.

Otra versión ubica a la escena en el barrio quiteño de La Tola, cuando mientras escuchaban el pasillo, pasó un mercader de frutas y legumbres que anunciaba de voz en cuello "¡aguacates para el almuerzo!", hecho que habría servido para bautizar al pasillo.

La tercera historia cuenta que el célebre músico latacungueño César Viera, invitó a Latacunga a sus amigos músicos y poetas de Quito, entre ellos a César Guerrero, con los cuales festejó toda la noche. Al día siguiente de la farra resolvieron trasladarse hasta Loreto (localidad cercana a Latacunga); allí, sentados a la sombra de un árbol entonaban el pasillo a coro. El autor pedía un título. Alguien hizo notar que el árbol que los cobijaba era un aguacate, por lo que el grupo, entre cháchara y cháchara, gritaba: ponle "El Aguacate".

Así, con cualquiera de las anécdotas que hemos narrado, el pasillo de César Guerrero, quedaba eternizado como "El Aguacate".

César Guerrero en su poema entrega dos estrofas con versos de cinco, siete, ocho y nueve sílabas, rima asonante y ritmo musical seductor. El pensamiento y el lenguaje informan el fondo y la forma considerando la imagen poética como alma de las ideas y al lenguaje como realidad sensible donde juegan estos elementos, dando bríos líricos a través de las figuras literarias.

A más de los epítetos, en la primera estrofa surge la metáfora: "Tú eres mi amor/ mi dicha y mi tesoro / mi solo encanto y mi ilusión. Aquí la metáfora da brillantez y relieve tropológico.

Un apóstrofe produce ansiedad: "Ven a calmar mis males / mujer no seas tan inconstante / no olvides al que sufre y llora por tu pasión".

La deprecación: "Pero tú no olvidarás / al infeliz que te adoró / al pobre ser que un día fue tu encanto / tu mayor anhelo y tu ilusión".

Agita el ánimo e infunde afán de amor e inquieta la sensibilidad de la mujer amada. La hipérbole viene en auxilio del poeta y le ayuda a insinuar la dulce confidencia, al expresar: "Ven a calmar mis males / mujer no seas tan inconstante / no olvides al que sufre y llora / por tu pasión".

La letra y la música de este pasillo proyectan una historia completa con magistral estilo, con ese estilo lejano a la cursilería y a los lugares comunes. La historia, sin entrar en detalles, deja ver el final de la relación con el "eterno femenino": la declaración amorosa, la ternura puesta a sus pies, la pasión, el amor… y, luego, el retraimiento de ella, y la angustia de él ante la inminente pérdida, y la súplica. Por último, la resignación y, por lo menos, la esperanza de que ella nunca olvide "al infeliz que te adoró…"

La sencillez de la composición contribuyen a despertar armonías y permite el accionarse de resortes expresivos que desentrañan la coherencia poético-emocional para traslucir la presencia del anhelo, en la medida que el amor llega con fuerza y suavidad a enriquecer infinitamente la vida.


elitoarevalo353: gracias :)
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