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entre la politicarla guerra
ya religion en el mundo
PrespanicoCuáles son las relaciones que existen entre la política la guerra y la religión en el mundo prehispánico
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las relaciones entre RELIGIÓN Y POLÍTICA
Una mirada sociológica e histórica
Las complejas y prolongadas relaciones entre religión y política han sido poco investigadas por las
ciencias sociales en nuestro país. Problemas teóricos, metodológicos y el acceso dificultado a la
información han dado como resultado un campo de estudios acotado y la mayoría de las veces
repetitivo en sus afirmaciones.
Fortunato Mallimaci
Profesor Facultad de Ciencias Sociales, UBA.
Durante décadas se entendió la problemática de la relación entre religión y política como
la de indagar sobre las relaciones entre las instituciones religiosas –en especial la
católica– y el Estado, único espacio, se suponía, de lo político.
Como telón de fondo en esa comprensión estaban dos categorías ligadas una a la otra en
las concepciones dominantes de las ciencias sociales: racionalidad modernizante y
secularización. Modernización era sinónimo del paso de la sociedad tradicional a la
moderna; el “desencanto” de concepciones mágicas para llegar a las científicas y el
desarrollo continuo de las fuerzas productivas. Secularización significaba luchar contra lo
religioso que “impedía los cambios” y llevarlo, por ende, al espacio de lo privado. Surge
con el imaginario del progreso indefinido la idea de la lenta y necesaria desaparición de lo
religioso.
Secularización también suponía que debía acabar la “intromisión” de lo religioso en el
campo social y político. Las relaciones entre lo político y lo religioso eran una muestra de
“subdesarrollo” o “anomalía” o “desviación” en el proceso de modernización.
Nuestras modernidades periféricas viven hoy procesos de desigualdad y fragmentación
crecientes donde cohabitan sectores con amplios poderes, ganancias y beneficios junto a
otros con cada vez menos posibilidades de vida digna y durable. Las promesas de
“mejores futuros” hechos por las clases dominantes tampoco lograron la felicidad
ciudadana y asistimos hoy al “desencanto del desencanto”.
La crisis de las prácticas religiosas institucionalizadas –particularmente en el seno de la
Iglesia Católica– no se relaciona tanto con la desaparición de las creencias sino con un
vasto proceso de reorganización y recomposición de las mismas. y con una toma de
distancia con las prescripciones oficiales de la institución. Crece una descalificación de los
dispositivos oficiales de acreditación del creer. Esta descalificación corroe por dentro las
modalidades dominantes de afiliación religiosa a la vez que produce una recomposición
de la memoria oficial que favorece reempleos inéditos de un conjunto de referencias
simbólicas que continúan siendo operativas, sobre todo, en las celebraciones de los
grandes momentos de la vida o en circunstancias colectivas excepcionales o en el
surgimiento de nuevos grupos cristianos o en los nuevos lenguajes de la dirigencia