cuales son las potencias espirituales del hombre
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El hombre es un ser de la naturaleza pero, al mismo tiempo, la trasciende. Comparte con los demás seres naturales todo lo que se refiere a su ser material, pero se distingue de ellos porque posee unas dimensiones espirituales que le hacen ser una persona.
La cumbre de la creación material
La Iglesia enseña que la creación material llega a su punto culminante en el hombre: «El hombre es la cumbre de la obra de la creación. El relato inspirado lo expresa distinguiendo netamente la creación del hombre y la de las otras criaturas (cfr. Gen. I, 26)»* (2).
La creación material encuentra su sentido en el hombre, única criatura natural que es capaz de conocer y amar a Dios, y, de este modo, conseguir ser feliz.
Imagen de Dios
Todas las criaturas reflejan, de algún modo, las perfecciones divinas. Pero, entre los seres naturales, sólo el hombre participa del modo de ser propio de Dios: es un ser personal, inteligente y libre, capaz de amar. La Sagrada Escritura, al narrar la creación, lo pone de relieve diciendo que el hombre está hecho a imagen de Dios: «Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó (Gen. I, 27). El hombre ocupa un lugar único en la creación: "está hecho a imagen de Dios"»* (5).
Unidad y dualidad
Cuando intentamos comprender nuestro ser, tropezamos con una realidad innegable: que somos un sólo ser, pero poseemos dimensiones diferentes. «El hombre es una unidad: es alguien que es uno consigo mismo. Pero en esta unidad se contiene una dualidad. La Sagrada Escritura presenta tanto la unidad (la persona) como la dualidad (el alma y el cuerpo)»
La dualidad es real. No responde a una mentalidad dualista ya superada, de la cual se podría prescindir en la actualidad.
Alma y cuerpo
Cuando la Iglesia habla de alma y cuerpo, se refiere a las dimensiones espirituales y materiales de la persona humana, que es un ser único; pero también subraya que el alma espiritual trasciende las dimensiones materiales y, por tanto, subsiste después de la muerte, cuando las condiciones materiales hacen imposible la permanencia de la persona en el estado que le corresponde en su vida terrena.
Unidad de alma y cuerpo
La unidad de la persona humana siempre ha sido enunciada por la Iglesia,: «La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la "forma" del cuerpo; es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza»*
La espiritualidad del alma humana
En algunas épocas, la Iglesia ha debido subrayar la bondad del cuerpo, frente a quienes proponían un espiritualismo que condenaba como malo todo lo relacionado con lo material. En la actualidad, con frecuencia se debe hacer frente al extremo opuesto: un materialismo que desconoce las dimensiones espirituales y pretende reducir al hombre a las dimensiones materiales que pueden ser estudiadas mediante los métodos de las ciencias empíricas.
La inmortalidad del alma humana
La Iglesia afirma, junto con la espiritualidad del alma humana, su inmortalidad: cuando el hombre muere, el alma espiritual continúa su existencia.
El alma humana, creada directamente por Dios
La Iglesia afirma también que el alma humana es creada inmediatamente por Dios. El Papa Pío XII, señaló: «la fe católica nos obliga a mantener que las almas son creadas inmediatamente por Dios»*.
La espiritualidad humana y la vida cristiana
La doctrina de la Iglesia sobre el alma humana no es algo meramente teórico; tiene importantes repercusiones en muchos aspectos de la vida cristiana.
La lucha por alcanzar la virtud y evitar el pecado no tendría sentido, o en el mejor caso, las nociones de virtud y pecado deberían re interpretarse, alterando toda la enseñanza moral de la Iglesia.