Cuales son las perpectivas para analizar un gobierno
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Respuesta:
Sin duda, uno puede parecer estar cambiando de posición de vez en cuando: por ejemplo, defendiendo al Gobierno un día y criticándolo otro. Si ocasionalmente doy esa impresión, me cabe explicar los puntos de vista políticos, que yo creo más bien constantes, desde los cuales escribo.
Uno tiende a ver la política a través de un prisma propio. ¿En qué consiste el mío? Cosas muy simples. Preferencia por una sociedad libre y plural, en que quepan diferentes visiones del mundo, y se enriquezcan entre ellas. Preferencia por una economía de mercado, por ser la vía más segura para que Chile alcance el desarrollo pleno que se merece.
Es común en política aferrarse a un partido para luchar por estas u otras ideas. Pero yo prefiero defender las ideas por sí mismas, celebrando a cualquier político que las adopte. En Chile, la economía de mercado fue asentada con notable visión por el gobierno militar. Después la consolidaron los gobiernos de la Concertación. Son hechos que no puedo sino aplaudir, sin estar por eso obligado a compartir todo lo obrado por esos gobiernos, tan notablemente distintos entre sí. Es muy difícil que un partido o coalición represente todo lo que uno piensa. Pero cabe celebrar, creo yo, cuando hay puntos de concordancia; no importa con quién.
Después, un gobierno, ¿con qué se compara? Yo pienso que Chile se está quedando atrás; que, a diferencia de muchos países democrá-ticos, como Australia, Nueva Zelandia o Irlanda, no hemos podido liberarnos de ideologismos paralizantes, que nos desvían de las soluciones más eficientes. Cuando analizo al Gobierno desde la óptica de lo que podría ser si emulara a esos países, lo critico. Pero también está el país real en que nos toca vivir, y si anali-zo al Gobierno frente a la oferta real de alternativas en el mercado político, lo defiendo.
Porque ¿cuáles son esas alternativas? En la Concertación, grupos díscolos esmerados en subir el riesgo país: la desenfrenada bancada chavista; o la colorina, que acusa al Gobierno de ser de derecha neoliberal; o el senador que pide más "royalties"; o ese centro tímido que no se juega por nada, porque sus voceras o voceros tienen como objetivo la Presidencia. ¿Y la Alianza? ¿Qué decir? Hace años hizo un diagnóstico curioso: que si a la Concertación le iba bien, había que ser como ella para ganarle. Parece creer, además, que no hay que tener nunca una idea impopular. Eso, a pesar de tantas experiencias exitosas de derechas que se han impuesto porque la gente ha confiado, justamente, en su valentía. Por otro lado, con el sistema bino-minal y la falta de democracia interna, es imposible renovar las apernadas cúpulas de la Alianza. No hay tiraje de chimenea que incentive a los jóvenes. ¿En qué otro país no se renueva la cúpula de la oposición cuando pierde una elección? En Chile, no se ha renovado en 18 años de pérdidas electorales.
Visto desde una perspectiva ideal, entonces, o desde la de países realmente exitosos, el desempeño del Gobierno actual es inadecuado. Pero desde la perspectiva de las alternativas reales que hay en Chile hoy, no se ve tan mal, y creo que, fortalecido por nuevos ministros del calibre de Viera-Gallo y Cortázar, se verá mejor, sobre todo cuando nos agotemos de la excitación mediática que ha producido el Transantiago. No nos olvidemos de la excitación que había a mediados del gobierno de Lagos, cuando vaticinaban que éste no terminaría su mandato, y cuando era seguro que ganaba Lavín. En cuanto a la oposición, Chile necesita que se constituya en alternativa real de gobierno. Hasta que eso ocurra, cabe criticarla con la máxima franqueza.
Explicación:
espero te ayude mucho ;)