cuales son las obras de palacio valdez
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Explicación:Armando Francisco Bonifacio Palacio y Rodríguez-Valdés nació el 4 de octubre de 1853 en la parroquia asturiana de Entralgo, perteneciente al concejo de Laviana. Era hijo de Silverio Palacio Cárcaba, un abogado de origen ovetense de ascendencia burguesa, y de Eduarda Rodríguez-Valdés y Alas, perteneciente a una familia avilesa hidalga y terrateniente.1 Fue el mayor de los tres hijos del matrimonio. Sus hermanos también fueron escritores, el mediano Atanasio (1856-1919)2 y el pequeño Leopoldo (1867-1892), bajo el seudónimo Miguel Franco. Su sobrino Eduardo,3 hijo de Atanasio, fue político y periodista.
Se educó en Avilés donde su familia materna poseía tierras, hasta que 1865 se trasladó a Oviedo a vivir con su abuelo paterno para estudiar el bachillerato, que entonces se cursaba en el mismo edificio de la Universidad; la familia poseía sin embargo posesiones también en Entralgo, donde solían pasar temporadas. Por entonces leyó en su biblioteca la Iliada, que le impresionó fuertemente y abrió su interés por la literatura y la mitología; tras ello se inclinó por obras de Historia, de las que leyó muchas, sobre todo en francés, lengua que dominaba. Por entonces formó parte de un grupo de jóvenes intelectuales mayores que él de los cuales se consagraron a la literatura Leopoldo Alas, Pío Rubín y Tomás Tuero, con los que entabló una especial amistad y participó en las agitaciones revolucionarias de septiembre de 1868. Interesados por la literatura, hacen representaciones caseras de piezas teatrales escritas por Leopoldo Alas.
Retratado por Compañy.
Tras lograr su título de bachiller en Artes en 1870, y contra el consejo de su padre, quien quería que se quedase con él dedicado a administrar la hacienda familiar, decidió seguir la carrera de Leyes en Madrid, que concluyó en 1874; allí se juntó de nuevo con Alas, Rubín y Tuero, con quienes comparte pensión. Perteneció a la tertulia del Bilis Club junto con otros escritores asturianos y redactó con ellos los tres números del efímero periódico Rabagás. Dirigió la Revista Europea, donde publicó artículos que luego reunió en Semblanzas literarias. Frecuenta el Ateneo (llegaron a llamarle "el terror de los bibliotecarios", porque leía hasta ocho horas diarias y fundó la tertulia de la institución el salón llamado La Cacharrería),4 lo que le sirve de inspiración para los retratos literarios en Los oradores del Ateneo y en El nuevo viaje al Parnaso donde desfilan conferenciantes, ateneístas, novelistas y poetas de la época. Escribió también como crítico, en colaboración con Leopoldo Alas, La literatura en 1881.