.- ¿Cuáles son las obras de Misericordia que nos presenta el texto leído?
2. ¿Estando en casa con tu familia ¿cómo responden a las necesidades de ayuda que se presentan en estos momentos de la pandemia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las obras de misericordia son aquellas acciones que nos acercan a Dios mediante la ayuda al prójimo. La iglesia divide las obras de misericordia en corporales y espirituales.
Las podemos llevar a cabo saliendo de nuestro hogar y también, por la pandemia, desde el hogar, a través de los medios a nuestro alcance, internet, teléfono, mensajes, locuciones,etc.
Las obras de misericordia corporales se dan cuando se procura el bienestar físico del otro.
Dar de comer al hambriento
Dar de beber al sediento
Se refieren a procurar las necesidades básicas del alimento y la bebida con los más desfavorecidos. Esto es parte del bien común que agrada a Dios y nos hace mejores personas.
Dar posada al peregrino
Alojar a los viajeros era un gesto de calidad humana muy importante en tiempos antiguos, debido a los peligros que se encontraban en las travesías.
Actualmente, dar refugio a quien se encuentra en situación de calle, sigue siendo una obra de misericordia que manifiesta nuestra empatía con otro ser humano, y nos muestra la fraternidad que nos une como pueblo, debemos trabajar en organizaciones y colaborar económicamente y dando trabajo para que esas situaciones mejoren.
Visitar al enfermo
Asistir y consolar a un enfermo, es un acto de amor al prójimo en el cual manifestamos al mismo tiempo nuestro amor al Creador. Así contribuimos a proteger su creación en nuestros hermanos enfermos.
Nadie estamos exentos de sufrir una enfermedad, y cuando esto ocurre no podemos evitar que nuestro estado de ánimo decaiga. Por ello, es muy importante contar con el apoyo de nuestros semejantes, así evitamos caer en depresiones que solamente empeorarían nuestro malestar físico. Podemos acompañarlos también por medios de
Comunicación.
Visitar a los presos
Esta obra de misericordia se refiere a dar ayuda tanto material como espiritual a quienes por diversas circunstancias se encuentran privados de su libertad.
Enterrar a los difuntos
Teniendo en cuenta que el cuerpo es el estuche del alma. Enterrar a los difuntos es una obra de misericordia
Enseñar al que no sabe
Compartir el conocimiento es quizá el acto más noble que puede hacer un ser humano. De alguna manera trascendemos y dejamos una huella que nuestro aprendiz dejará a su vez en otros, dando así la posibilidad de crecer como sociedad.
Dar buen consejo al que lo necesita
Corregir al que se equivoca
Esta obra de misericordia consiste en llevar por el buen camino a quien ha pecado.
Nadie estamos exentos de cometer errores, pues ello es parte de la naturaleza humana. Sin embargo, al vivir en sociedad debemos corregir al que se equivoca, haciéndole ver sobre todo el por qué lo que hizo fue un error, siempre con paciencia y sin humillarlo, pues más que reprochar se trata de guiar.
Con esto estamos manifestando nuestro estatus de hermanos entre nuestros semejantes, considerándonos todos hijos de Dios.
Perdonar al que nos ofende
Esta obra de misericordia implica un crecimiento espiritual en el cual superamos sentimientos de venganza y rencor.
De este modo, al superarnos a nosotros mismos en nuestros sentimientos negativos, ponemos en práctica la frase del Padre Nuestro: “perdona nuestras ofensas, así como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Consolar al triste
Dar consuelo a quien es aquejado por el dolor del alma conocido como tristeza, es una obra de misericordia. Es un acto que nos asemeja a Jesús cuando se compadecía del dolor ajeno. Nos une también como hermanos ante los ojos de Dios, y saca a relucir lo más bello que podemos tener como seres humanos: la empatía.
Sufrir con paciencia los defectos de los demás
Aplicar la paciencia ante los defectos de otros engrandece nuestra virtud, y nos muestra que verdaderamente amamos a los demás. Sin embargo, cuando estos defectos están causando daño propio, es conveniente, con serenidad, hacer una advertencia al otro.
Orar por vivos y difuntos
La oración es el poder que tenemos para dar paz a las almas de nuestros semejantes. Por ello, el Papa Francisco hace un llamado a rezar tanto por los vivos como por los muertos, para que sus almas estén en paz.
El practicar las obras de misericordia, contribuirá a que pongas tu granito de arena para generar el cambio que la sociedad de hoy tanto necesita.
Las obras de misericordia invitan a predicar con el ejemplo, y a identificarnos con otros. Es decir, a anteponer nuestra humanidad a cualquier interés material, algo que actualmente hace mucha falta.
Explicación: