Ciencias Sociales, pregunta formulada por nicolle95, hace 1 año

cuales son las mascaras de carl jung

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Contestado por profesor100
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Carl Gustav Jung, uno de los fundadores del moderno psicoanálisis, solía decir que todos nosotros bebemos de una misma fuente. Lo explicaba a través de una teoría que se remontaba al trabajo de los antiguos alquimistas, que denominaban a esta fuente el “alma del mundo


Las máscaras de Jung, no son más que las siguientes fases:


1.     La primera era la Persona, aquella máscara que usamos todos los días, fingiendo lo que somos. Pensamos que el mundo depende de nosotros. Por ejemplo, que somos excelentes padres y que nuestros hijos no nos comprenden, que los jefes son injustos, que el sueño de todo ser humano es parar de trabajar para siempre y pasarse la vida entera viajando.


Luego, algunas personas procuran entender qué es lo que no encaja, y acaban pasando a la siguiente fase: la Sombra.


2.     La Sombra es nuestro lado negro, que dicta cómo debemos actuar y comportarnos. Cuando intentamos librarnos de la Persona, encendemos una luz dentro de nosotros, y logramos ver las telas de araña, la cobardía, la mezquindad. La Sombra está allí para impedir nuestro progreso – y generalmente lo consigue, pues nos damos la vuelta y corremos a ser quiénes éramos antes de empezar a dudar.


No obstante, algunos superan este enfrentamiento con sus telas de araña diciéndose: “Es verdad que tengo algunos defectos, pero soy digno, y quiero seguir adelante”. En ese momento, la Sombra desaparece, y entramos en contacto con el Alma.


3.     El Alma no lo establece Jung como algo relacionado con la religión. Se refiere a un regreso al Alma del Mundo, la fuente del conocimiento. Los instintos comienzan a agudizarse, las emociones se tornan radicales, las señales que envía la vida son más importantes que la lógica, la percepción de la realidad se vuelve menos rígida. Comenzamos a entrar en contacto con realidades a las que no estábamos acostumbrados, empezamos a reaccionar de una manera que nos resulta inesperada a nosotros mismos.


Descubrimos así que, si conseguimos canalizar todo este chorro de energía continua, vamos a organizarlo en un centro muy sólido, al que Jung llama:


4.     “El Viejo Sabio” para los hombres, o “La Gran Madre”, en el caso de las mujeres. Permitir esta manifestación es algo peligroso. Generalmente, quien llega a ese punto tiene tendencia a considerarse santo, domador de espíritus, o profeta.


Estas máscaras o etapas no son manifestaciones únicas en los individuos sino que también se dan en las sociedades.


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