cuales son las ideas del realismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El realismo es una tendencia respecto al hecho artístico (literario, escultórico y pictórico primordialmente) que valora la semejanza o la correlación entre las formas de representación estética y la realidad misma que las inspira, es decir, que valora el parecido de la obra de arte con el mundo real.
El realismo ha predominado en diversas ocasiones a lo largo de la historia del arte, pudiendo ser aplicado hoy en día a formas de expresión más jóvenes como el cine o la fotografía. En líneas generales, se asocia el realismo con una doctrina de pensamiento laica, empírica, cuando no cotidiana.
Ver además: Realismo literario.
Características del realismo:
Centrado en el hombre
Realismo
El realismo está relacionado con la denuncia social y la política.
El abordaje realista del arte propone una mirada más centrada en el hombre y su existencia mundana, incluso cotidiana. En líneas generales, los temas mitológicos, religiosos, fantásticos y oníricos son contrarios a la doctrina realista, mucho más comprometida con el pensamiento ilustrado y por ende con la denuncia social y la política.
Técnica
Esta misma aspiración de reproducir lo real tiende a exigir niveles de detalle y exactitud que refuercen el efecto de realidad obtenido por la obra, si bien esta técnica puede emplearse también en la representación de temas y figuras fantásticas.
Por ello conviene diferenciar la escuela del realismo con el arte realista. En este caso, por ejemplo, se podría tratar de una representación pictórica fantástica (supongamos, un dragón) realizada a través de un método realista (detalle, efectos de luz, verosimilitud, etc).
Realismo en la antigüedad
Realismo - Renacimiento
El Renacimiento impuso el realismo como forma imperante en la escultura y pintura.
El realismo puede hallarse en diversas etapas del arte humano, incluso en formas tan antiguas como las pinturas rupestres de la cuevas de Altamira, en donde bisontes prehistóricos eran pintados en su máxima complejidad de detalle, aprovechando incluso la forma de las rocas para brindar al espectador una sensación tridimensional de realidad.
Esto está presente también en numerosas formas de escultura griega y romanas antiguas, así como en cierta pintura medieval que, heredera de esta tradición, procuró representar el sufrimiento de sus santos y mártires de la manera más realista posible.
El Renacimiento, en su afán de centrar su mirada sobre el hombre, impondría también el realismo como una forma imperante en la escultura y la pintura, a pesar de que sus motivos serían heróicos y mitológicos.
Realismo moderno
Realismo
El realismo mostraba la vida de la naciente sociedad capitalista.
La aparición y expansión del romanticismo en el siglo XIX, oponiéndose a la vertiente ilustrada y racionalista que imperaba en la época, generó a su vez una escuela artística contraria, que rechazaría los exotismos e historicismos a veces mitológicos que eran tan comunes a los románticos alemanes e ingleses.
Esta escuela sería conocida como el realismo, y emprendería la búsqueda del arte en la cotidianidad del hombre, en los conflictos de clase intrínsecos de la revolución industrial y la naciente sociedad capitalista.
Así nació el realismo socialista, comprometido con la causa política revolucionaria, la novela social, y el kitchen sink realism, escuelas que rechazaron la tendencia hacia lo sublime y lo épico del romanticismo y velaron por indagar en lo más sucio, feo y corriente de la realidad real.
Naturalismo
naturalismo
El naturalismo era una explicación social de la pobreza, la prostitución y la violencia.
El naturalismo a menudo es considerado un paso más allá del realismo, en el sentido de su compromiso con un pensamiento secular y racionalista que, paradójicamente, terminó sentenciando al hombre a un destino contenido en su herencia genética y su medio social.
Esto, sin embargo, exigía representaciones artísticas absolutamente fieles con la realidad social humana, vehículo de una exploración moral y una explicación social de la pobreza, la prostitución y la violencia. El máximo exponente y defensor de esta escuela fue el francés Émile Zola, quien expuso sus principios teóricos al respecto en el prólogo de su novela Thérèse Rasquin y en su ensayo La novela experimental.