Cuales son Las esculturas de ayacucho?
Respuestas a la pregunta
La producción de escultura en piedra de Huamanga en Ayacucho durante el siglo XIX es particular, porque en ella participan varios aspectos que la convierten en significativa como expresión artística, y como expresión simbólica de lo que sucedía en esos momentos en el Perú.
Un aspecto importante es la accesibilidad y cercanía de las canteras de piedra en el departamento de Ayacucho y las características físicas particulares de este material. Estas características van a determinar la escala, proporción y minuciosidad en el trabajo que realizaron los artistas ayacuchanos. La relación de estas canteras con el pueblo de Ayacucho, su ubicación e historia, además de las capacidades creativas y sensibles de sus pobladores para recrear las situaciones complejas que vivía en ese momento el Perú, son otros aspectos que influyeron en la realización de las esculturas.
El análisis de las piezas nos permite visualizar de manera amplia y fecunda todo lo que estaba ocurriendo en los agitados momentos de lucha por la independencia. La incertidumbre y el poco deseo de la población indígena en participar con ideales y entusiasmo en los procesos de independencia, así como la poca vinculación con lo que sucedía en la capital, generaron un espacio de creación donde los límites no estaban definidos y, de alguna manera, se mezclaron expresiones religiosas y sagradas con iconografía secular y doméstica, así como los discursos “fidelistas” con los independentistas.
Es importante profundizar en un momento de la historia del Perú donde los cambios a nivel político, social y de identidad son esenciales para una transformación y cómo, esta situación, puede verse reflejada y re-presentada en el arte de la escultura en piedra de Huamanga en una localidad como Ayacucho, pueblo olvidado durante el siglo XX.
La producción de arte popular y su vigencia en la sociedad y en la historia, así como su agudeza en los puntos de vista de los discursos visuales producidos por artistas sensibles y creativos en momentos específicos, nos permiten acceder a las formas de pensamiento y a las costumbres de sus pobladores, sus creencias, sus maneras de ver y verse en el mundo, que son finalmente el sustento para lograr una producción artística expresiva y significativa.
Es interesante observar las relaciones que se establecen entre el arte popular y el arte culto o académico y el modo en cómo el arte popular emana de un grupo social que logra expresar situaciones a nivel colectivo y cuya función es compartida por la comunidad, en tanto que la producción artística académica desarrolla discursos más elaborados a nivel individual. Esto acontece en Ayacucho en las luchas por la independencia durante el siglo XIX paralelamente a lo que venía sucediendo en Lima, capital de la nueva República.
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