Cuáles son las enfermedades más comunes del aparato digestivo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Diarrea
La diarrea son heces acuosas y blandas que se evacúan de tres a más veces por día. Este padecimiento, por lo general, dura un par de días y desaparece solo; no obstante, si se prolonga, puede ser digno de un problema más serio o de una enfermedad crónica.
Sus causas más comunes:
Contaminación por bacterias en alimentos o agua.
Virus como la gripe, el norovirus o rotavirus.
Parásitos.
Medicamentos como antibióticos, medicamentos contra el cáncer y antiácidos que contienen magnesio.
Intolerancia y sensibilidad a ciertos alimentos.
Enfermedades del estómago, el intestino delgado o el colon.
Problemas del funcionamiento del colon.
Entre sus síntomas se encuentran:
Calambres o dolor en el abdomen.
Necesidad urgente de ir al baño.
Pérdida del control intestinal.
Fiebre, escalofríos y sangre en las heces.
La diarrea no tratada causa deshidratación, la cual puede tener consecuencias devastadoras sobre todo en ancianos, niños y personas con sistemas inmunes debilitados.
Para prevenirla, basta con cocer los alimentos, hervir el agua y lavarse las manos.
Reflujo gastroesofágico
Ocurre cuando el músculo al final del esófago no se cierra adecuadamente. Como consecuencia, el contenido del estómago regresa hacia el esófago y lo irrita.
La sensación que se tiene es de ardor en el pecho y en la garganta. A esto se lo denomina acidez. En ocasiones, se puede sentir el sabor del líquido del estómago en la parte posterior de la boca.
Entre otros síntomas se pueden presentar tos seca, síntomas de asma y problemas para tragar.
Todas las personas, incluso niños y bebés, pueden presentar esta enfermedad. Si ocurre al menos dos días por semana y no es tratada a tiempo, lleva a problemas de salud más serios.
La salud mejora al evitar bebidas alcohólicas, comidas condimentadas, grasosas o ácidas, y al reducir las porciones de comida y mantener un peso saludable.
Úlcera péptica
Se trata de una llaga abierta en el revestimiento del estómago o del intestino. Existen dos tipos:
Úlcera gástrica que se da en el estómago.
Úlcera duodenal que ocurre en la primera parte del intestino delgado.
Por lo general, aparecen en las primeras capas; sin embargo, en casos más graves, ocasionan perforaciones.
Las causas de este padecimiento son las siguientes:
Presencia de la bacteria Helicobacter Pylori
Ingesta de demasiado alcohol
Abuso de fármacos con ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, naproxeno o antinflamatorios no esteroides
Cigarrillo
Sometimiento a tratamientos de radiación
En ocasiones, se puede sentir dolor abdominal, náuseas, vómito, sensación de llenura, problema para beber líquidos, fatiga, dolor torácico, heces negras o con sangre, pérdida de peso y acidez gástrica constante.
Para detectarla, es necesario hacer endoscopia de vías digestivas altas con la finalidad de revisar el revestimiento del esófago, el estómago y la primera parte del intestino delgado.
Hemorroides
Las hemorroides son venas hinchadas inflamadas alrededor del ano o de la parte inferior del recto. Pueden encontrarse dentro o en la piel.
Son más comunes en personas de 50 años en adelante, aunque pueden aparecer antes o durante el embarazo. También ocurren por la presión para evacuar, diarrea crónica o estreñimiento, obesidad o por consumir poca fibra. Incluso, las relaciones sexuales anales y el levantar cosas pesadas con regularidad son factores de riesgo.
El síntoma más común es sangre color rojo brillante en las heces.
La mejor manera de prevenirlas es ingerir alimentos ricos en fibra y vegetales para mantener las deposiciones blandas, beber bastante líquido, evitar esfuerzos, hacer ejercicio e ir al baño en cuanto aparezca la urgencia.
Colitis ulcerosa
Es una afección en la cual el revestimiento del intestino grueso y el recto se inflaman.
La causa de la colitis ulcerosa se desconoce, pero lo especialistas sugieren que está relacionada con el sistema inmunitario. Se piensa que el estrés y ciertos alimentos pueden desencadenar los síntomas.
La colitis comienza en el recto y después se extiende a zonas más altas del intestino grueso.
Los factores de riesgo incluyen tener antecedentes familiares de colitis u otras enfermedades autoinmunes.
Los síntomas pueden comenzar gradual o repentinamente. Se incluyen sonido de gorgoteo en el intestino, diarrea, fiebre, sensación de evacuar, espasmos o cólicos, pérdida de peso. Asimismo, hinchazón, dolor, llagas bucales, náuseas y vómitos, y protuberancias y úlceras en la piel.
Su tratamiento está enfocado en controlar ataques agudos, prevenir ataques repetitivos y sanar el colon. En casos muy graves, donde no responde a la terapia completa o puede llevar al cáncer, lo mejor es la extirpación del colon.
Para evitarla, se recomienda cambiar los hábitos alimenticios, controlar el estrés y utilizar medicamentos.
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