Historia, pregunta formulada por carlosn17, hace 1 mes

¿cuales son las consecuencias de la división social del hombre? ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por Usuario anónimo
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Respuesta:

·¿Cuales son las consecuencias de la división social del hombre?

Las consecuencias iniciales son las peleas e corrupciones entre personas políticas o personas que tengan poder en el país.

Explicación:

¿Por qué se da la división de clases sociales?

Las clases sociales se forman a medida que los individuos de una sociedad se agrupan según una serie de criterios compartidos con respecto a lo social y económico como: riqueza, ingresos monetarios, ocupación laboral, acceso a la educación, poder político, poder adquisitivo, creencias, valores, hábitos de consumo.

Contestado por samirove1411
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Respuesta:

Ahora se nota una separación grande de los hombres, no sólo por clases y estamentos, también por edades y estados. A los adolescentes se les ve en algunas capitales dictar la ley de la calle, andando a pedradas con los guardias e injuriándolos. Los estudiantes deliberan verbosamente, sin ahorrar saliva para la vejez. Los casados celebran unas reuniones, para mi ininteligibles, en que van juntos a cenar cinco o seis hombres con cinco o seis mujeres, en parejas: todos ellos de una acreditada felicidad conyugal. Los banqueros se reúnen con los banqueros; los artistas, con los artistas; los profesores, con los profesores. Debe haber otras reuniones homogéneas de gentes con intereses comunes: viudas, estanqueros, sacerdotes. El grupo homogéneo ante todo. La solidaridad de grupo llega a que también se expresen como tal los homosexuales masculinos y femeninos, en la busca de estatuto. ¿Por qué no?¿No forman sectas cerradas los filatélicos y los partidarios de un equipo de fútbol? La consecuencia más grave de esta ordenación social sería, científica superdurkhimiana, es que el individuo actúa como un autómata ante un solo estímulo o simple señuelo. Para los difíciles de clasificar para los que pertenecemos a la categoría de «raros y curiosos» (no por eso con precio, como ocurre a los libros), la consecuencia más palpable es la de que la sociedad moderna nos resulta de un aburrimiento desesperante. No parece, además, que debe semejarse a las sociedades primitivas, con sus compartimentos estancos, sus ritos de iniciación y de pasaje, sus reglas hechiceriles para todo. No. No estamos en el siglo XVIII. No veremos ya a la marquesa otoñal flirtear con el apuesto teniente, ni a la jovencita recibir con languidez los homenajes del viejo académico o del mariscal octogenario. Incluso los poetas se reunirán en grupos, constituidos en generaciones, del veintisiete, del 37, del 57, o del 67..., izquierda y derecha.

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