cuales son las características del mundo antes y despues de la revolución industrial?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
En el siglo XIII hasta el siglo XVIII, época que los historiadores llaman Antiguo Régimen, el mundo era esencialmente agrícola. La inmensa mayoría de la población era campesina. Su situación social era muy variada: había campesinos libres propietarios de sus tierras, arrendatarios o colonos, y en el Este de Europa todavía había siervos que no podían abandonar sus tierras que cultivaban. Había grandes fincas: propiedades de decenas de miles de hectáreas (que pertenecían a la aristocracia) junto con otras pequeñas que apenas alcanzaban media hectárea. La tierra era trabajada por la familia campesina, aunque en algunas zonas la aristocracia comenzaba a dirigir sus explotaciones, por lo que estos campesinos se convertían en jornaleros o asalariados que trabajaban las tierras del propietario o terrateniente. Los campesinos seguían cultivando productos tradicionales (trigo, olivo, vid, avena, centeno), aunque comenzaba a extenderse la producción de maíz y patata. La vida cotidiana no era fácil en el Antiguo Régimen, ya que la producción de alimentos dependía de las cosechas y éstas de los accidentes meteorológicos. Sin embargo, los habitantes del campo constituían un vecindario unido por lazos económicos y por tradiciones de todo tipo.
La sociedad de Antiguo Régimen estaba dividida en estamentos (órdenes o estados) determinados, no por la situación económica o de riqueza, sino por cuestiones de tradición, herencia o privilegios adquiridos. Esta división de grupos estamentales se sustentaba en la enseñanza cristiana que determinaba la obligación divina de cumplir con las responsabilidades que cada individuo tenía según su estado.
El modelo político instaurado bajo el Antiguo Régimen era el de la monarquía absoluta, es decir, la concentración de todos los poderes del Estado en la persona del monarca, quien podía hacer uso de tales poderes en forma ilimitada. Durante el siglo XVIII, muchos monarcas europeos dirigieron sus Estados con gran eficacia y preparación. El poder absoluto del Rey se hallaba justificado por el derecho divino, es decir, que su autoridad procedía de Dios.