¿Cuáles son las características del matrimonio amazónico?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El Taita Inti (Padre Sol) abrasa. La medalla que Dalia Sisa lleva a la altura del pecho brilla incesantemente.
Es un sábado. En la comunidad Misquillí del Pueblo Tomabela en la parroquia Santa Rosa, es un día importante porque la joven, de 27 años, se casará con Jairo Tanguila, de 24 años, que desciende de la comunidad Kichwa del Centro Shiguango, parroquia Cotundo, en Archidona.
La novia viste el traje autóctono compuesto por el anaco negro, blusa blanca con bordados de hilos finos, pachalle negro que cubre los hombros y el pecho; y un sombrero blanco de ala corta.
Mientras que su compañero viste el qushma, una vestimenta de color azul y en la cabeza tiene una corona elaborada con plumas de aves, que utilizan los habitantes de esa nacionalidad ubicada en la provincia de Napo.
Más de 200 personas siguen el trayecto de los novios hasta arribar a la iglesia de la comuna. Ahí el sacerdote Ángel Acuña, párroco de Santa Rosa, los recibe para la ceremonia Católica. Al finalizar el sonido del bombo, la flauta, el violín y la guitarra alegran a la pareja y a los invitados.
La música invade el ambiente. Suenan los sanjuanitos y los esposos bailan en círculo acompañados de familiares y amigos. Las mujeres reparten en un pilche la chicha elaborada con yuca y con maíz.
La casa de Sisa está a dos cuadras de la iglesia. En ese trayecto realizan dos paradas obligadas para continuar con el baile. “Esa es una de las tradiciones que estamos rescatando. Es la primera vez que celebramos un matrimonio de dos culturas como la andina y la amazónica”, cuenta Andrés Tisalema, rector de la Unidad Educativa Intercultural Huayna Cápac.
Este investigador del pueblo Tomabela dice que es una tradición que luego de la eucaristía los invitados y los recién casados vayan a la casa de la novia o el novio a celebrar el nuevo matrimonio.
“Estos saberes se estaban perdiendo y ahora los estamos recuperando a través de esta celebración. También la vestimenta y el kichwa”.
En el patio central de la casa se levantó un altar con un arco de media punta, adornado con ramas y flores del campo. En el centro se dibujó a la chakana o cruz andina con telas de colores.
El yachak Raymi Chiliquinga guía a la pareja al centro e inicia el ritual andino con frutos y los alimentos como ofrendas. “Este es el proceso del tinkirina, que es la unión de dos espíritus o seres. En el mundo indígena las ofrendas tienen un significado importante porque se ofrece a la Pacha Mama (Madre Tierra)”.
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