cuáles son las aportaciones ala vida humana de la bioética y biotecnología
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BIOTECNOLOGÍAS: ANTIGUAS Y MODERNAS
UNA tecnología es una técnica, o un conjunto de técnicas, más un contexto de aplicación y justificación. Un logos da razón de su re levancia. Biotecnologías pueden llamarse aquellas tecnologías que manipulan lo vivo con algún propósito: utilitario, estético, económico.
Cabe distinguir diversas formas históricas.
Las clásicas o antiguas son empíricas, sin teorías que expliquen o anticipen su mecanismo o eficacia, utilitarias y fruto más del descubrimiento (azaroso o no) que de la invención. Desde la fabricación del pan hasta la hibridación de animales y plantas, estas biotecnologías no alteran en forma directa la naturaleza. Usan sus recursos con habilidad e ingenio. No manipulan, sólo reutilizan. Los intentos eugenésicos del pasado pueden considerarse "biotecnológicos" por implicar intervenciones sobre la reproducción humana para lograr efectos en poblaciones y personas. No manipularon directamente el genoma. La denominada "higiene racial" consistió en seleccionar, reproducir o eliminar individuos por sus rasgos fenotípicos y no por un conocimiento del material genético. Estas tecnologías deben enjuiciarse no por su eficacia sino por sus fines y los medios, lícitos o ilícitos, que sus proponentes utilizaron.
En las biotecnologías modernas las intervenciones tienen fundamento científico, predicción de eficacia y la posibilidad de afectar transformativamente (esto es, alterar) mecanismos vitales, especialmente en el genoma. La producción de alimentos transgénicos o la terapia génica son ejemplos. La posibilidad de efectos no deseados y la irreversibilidad de las intervenciones son materia de debate. Se lleva al límite la intervención tecnocrática. Viejos sueños como la salud perfecta o la longevidad infinita parecen posibles. Puede hablarse de una "medicina del deseo" basada en la biotecnología, que ofrece panaceas y curaciones milagrosas. Esta libido sciendi asociada a la idea del progreso infinito distingue la biotecnología contemporánea de las que la precedieron. La tecnociencia ha hecho realidad aquella manida sentencia de la "imaginación al poder" con que se inauguró en Europa una época en que se demostraría que las tecnocracias terminan adquiriendo una autonomía en que los medios se convierten en fines.
Tanto en las clásicas como en las modernas puede distinguirse entre biotecnologías rojas, aplicadas a seres humanos y vertebrados, verdes, relacionadas con el mundo vegetal, y blancas,vinculadas con productos industriales. Desde el punto de vista ético, lo relevante es su relación con los seres humanos y los cambios sociales. Lo que la contemporaneidad introduce es la capacidad técnica incrementada, el fundamento teórico y la aspiración totalizadora que promete bienestar y bendiciones que desafían la imaginación.
PODER DE LAS BIOTECNOLOGÍAS. SOBERANÍA Y DISCIPLINA
La posibilidad de intervención y manipulación plantea el tema del poder, central en toda discusión ética. "Conocimiento es poder" (el dictum baconiano) se convierte, en las biotecnologías, en realidad.
Distingamos, con Foucault, dos formas de poder (Foucault, 2005 ).
El poder de soberanía, basado en creencias, en acontecimientos fundacionales o los dichos de un líder carismático, liga a los dominados a través de una persona (real o mítica). La soberanía antecede a la sujeción y debe ser renovada mediante ritos (como las coronaciones de los reyes o las liturgias). Es un poder arbitrario no fundado en argumentación, deliberación o consenso. Deriva su autoridad de la tradición, el nacimiento o la pertenencia a un determinado grupo.
El segundo tipo de poder, llamado por Foucault poder disciplinario, tiene carácter prospectivo. Perfecciona relaciones de sujeción no basadas en el pasado, como el nacimiento, la tradición, el líder profético o la figura sacra-lizada. El poder se legitima por la eficacia de su ejercicio. No está sujeto a figuras humanas o rituales basados en una historia, sino a una racionalidad constructiva expresada en discursos que adquieren preeminencia o hegemonía. El poder no pertenece a personas sino a narrativas y discursos, que crean objetos de los cuales hablan. La fidelidad a tales discursos es fidelidad a la racionalidad que los crea y sustenta.