¿Cuales son las actividades del calendario religioso novohispana?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es así que, tanto el gobernante religioso como el civil detentan el máximo poder que les es conferido nada menos que por designio divino. En la Nueva España son el virrey y el arzobispo los ungidos con la máxima potestad conferida por la española majestad, quien es, a su vez, para los habitantes de los dominios hispánicos, el representante de Dios sobre la tierra. También de ahí proviene la necesidad y la magnificencia de la fiesta: que los celebrados, el príncipe eclesiástico y el civil, sean exaltados a la categoría de divinidades. No son gratuitas las palabras de sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) en el Neptuno Alegórico cuando dice: “Demás que las fábulas tienen las más su fundamento en sucesos verdaderos; y los que llamó dioses la gentilidad fueron realmente príncipes excelentes, a quienes por sus raras virtudes atribuyeron divinidad”.[1] Esta cita de la “Fénix de México”, como fue llamada por sus contemporáneos, nos aclara en buena medida el porqué a los poderosos, homenajeados en los arcos triunfales o en los túmulos funerarios, se les comparaba con semidioses, héroes o dioses de la Antigüedad grecolatina. Si bien a los gobernantes se les reconocían cualidades excepcionales y eran elevados al rango poético y alegórico de seres perfectos y divinos, la institución que en realidad era venerada como vicaria de Dios sobre la tierra era la Iglesia católica. Esto se comprende mejor aún, cuando sabemos que en el estado absolutista hispánico, el poder civil y el religioso estaban unidos y representados en la persona del monarca. Es por ello que los festejos coloniales se “ponen en escena” en el “gran teatro” del espacio público. Como señalábamos en un trabajo anterior:
Explicación: