cuales son esos elementos constitutivos y distintivos que nos permiten reconocer a la literatura boliviana
Respuestas a la pregunta
Estos dos acontecimientos además, ocurren en el marco de un fin de siglo, (a la vez fin de milenio), con todo lo que ello conlleva. Este salto modernizador, esta internacionalización de la economía, que se diera también en el fin de siglo XIX, ¿implica un viraje en el recorrido habitual de la tradición literaria del siglo XX hacia otros lenguajes, discursos y miradas? Este paso a la internacionalización, auspiciado por el acceso a las telecomunicaciones, televisión abierta y por cable, y sobre todo la llegada a la comunicación virtual en tiempo real ¿qué produce en las subjetividades literarias?
Si en el siglo XIX la modernidad llegó con acceso al trabajo, racionalidad y ciudadanía (Ludmer: 1994), ¿qué nos ha traído la internacionalización o mundialización tan mentada, a los escritores y lectores?
No necesariamente como efecto, pero la coincidencia es innegable: en el caso particular de Bolivia, la sociedad transita (lo hace aún hoy por supuesto y lo hará por un buen tiempo en términos legales y administrativos y económicos) hacia un proceso de inclusión de sectores parcial o totalmente marginados de las estructuras hegemónicas desde la creación de la República.
Este país ha dado un viraje: primero, a partir del retorno a la democracia, (con los costos que ello implicó), pasando por diversos procesos transformadores desde el 2003, hasta llegar a tensar por momentos en extremo los casi imperceptiblescontexto
En el último cuarto del siglo XX y los años que llevamos del XXI, la literatura boliviana ha experimentado una serie de transformaciones. Lenguajes, temas, perspectivas, pero sobre todo actitudes frente a la escritura, hoy son significativamente diferentes en los autores que vienen escribiendo desde el inicio de la década de los 80.
Tan desmesuradamente como ha crecido ésta ciudad, dispersa y desencontrada de sí, (un poco por metonimia es Bolivia) así lo ha hecho su literatura. En esa fragmentación, real y simbólica, ¿podremos encontrar constantes que permitan una aproximación incluyente y abarcadora, pero que más allá de todo, logren permitirnos ver en la escritura, como se la "dice” (como se la lee primero) desde la ficción literaria a este país?
Democracia y literatura
El retorno a la democracia es el resultado de un proceso político, cultural e incluso militar que concluyó imponiéndose como parte de la política actual, en palabras de Cleverth Cárdenas.
Este supone un cambio en la vida y la cultura política. Por otro lado, estas transformaciones serán tomadas (o no) por la literatura. De qué manera la literatura se hace cargo o hace de ella carne de sus tejidos, es parte de lo que en estos días habremos de reflexionar.
En principio, y sin temor a equivocarnos, se puede afirmar que esto significa un nuevo modo de mirar y vivir la literatura; de hecho significa un mayor acceso a la letra, a la escritura, y claro, a la lectura. Y puedo agregar ahora que, como parte de este proceso, los oficios se desplazan hacia espacios menos hegemónicos del país, (en términos culturales).
Desde los 70, podríamos decir, las ciudades letradas de los siglos XIX y primera mitad del XX, (La Paz, y Sucre, fundamentalmente y antes Potosí) se abren a la participación del resto de las regiones del país, en la realización de foros, simposios y ferias, consecuencia del protagonismo que toman sus economías, y, por supuesto, sus escritores.
Lenta pero sostenidamente, no al ritmo del vertiginoso crecimiento urbano muy visible para todos, (de Santa Cruz en particular) esta bonanza literaria, es principalmente de publicación, no así de lectura o estudio.
Hoy por hoy, además de abundancia en la producción literaria (tenemos nuevas editoriales, nuevas y más sólidas ferias, nuevos foros), estamos (pese a las dificultades de difusión y circulación) con una oferta inédita en términos numéricos, que ya en este preciso instante está modificándose.
De 1983 a 2009 se publicaron 1.750 libros (en los tres géneros principales), sólo en el territorio nacional, incrementando en más de un 100% lo sucedido entre los años 60 y 80. El dato es de una investigación concluida justamente el 2009.
Ese mismo año escritores, periodistas, académicos y algunas autoridades vinculadas al quehacer literario, realizaron unas jornadas de discusión que consistirían en determinar qué 10 novelas (se había pedido tomar ese género únicamente) podían considerarse "fundamentales” en la historia de la literatura boliviana. tono con los cambios político / administrativos que ya comenzaban a tomar forma, queríamos encontrar (¿refundar?) nuestro canon literario de esta manera.
Queríamos encontrarnos en 10 (resultaron ser 15 oficialmente) relatos que constituyeran un gran fresco narrativo boliviano.
Pienso en Ramón Rocha Monroy (el de Potosí 1600) y Liliana Colanzi, por ejemplo, ambos auténticamente bolivianos y no encuentro el factor común, ni en sus individualidades, ni en sus escrituras.