¿Cuáles serían los procesos más sustentables que permitan subsanar y disminuir la contaminación ambiental que es causada por la sobrepoblación en China?
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Esfuerzo exitoso que debe seguir su curso
Una nueva etapa se inició en el esfuerzo del Estado chino para mejorar la calidad del aire en Beijing, se trata de una segunda parte del plan de acción que comenzó en 2013 y que cumplió su primera fase a partir de marzo de 2018. Entre sus logros está la reducción de un 22 por ciento de partículas contaminantes y la eliminación de 90 microorganismos tóxicos por metro cúbico. Aunque la calidad del aire sigue estando por sobre el nivel que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Dicho organismo plantea en su Guía de Calidad del Aire que las concentraciones contaminantes en el aire se tienen que medir en lugares representativos de la exposición hacia la población y donde se produzcan las fuentes más específicas de contaminación, como carreteras o centrales eléctricas. El indicador MP10 que mide la composición del material particulado, representa la masa de las partículas que ingresan en el sistema respiratorio y que afectan negativamente a la salud.
De tal manera, el umbral de partículas gruesas se define entre 2,5 y 10µ, estas se emiten a través de obras de construcción, y polvo en general, mientras que las finas en menos de 2,5µ se generan de los combustibles. Para el caso chino, el eje Beijing, Tianjin y Hebei para el 2012 tenía niveles por encima de lo establecido, por lo que se recomendó que se redujera la concentración de PM10 en, por lo menos, 60 microgramos por metro cúbico.
Según Yangzhong Huang del Global Health Program, en una publicación, la incertidumbre respecto de lograr los objetivos propuestos por el plan duró hasta medidados de 2017. Sin embargo, medidas como establecer un sistema nacional de monitoreo y hacer que la contaminación del aire sea cuantificable y observable, contribuyeron a los tomadores de decisión a que implementaran políticas adecuadas. A esto se suma la capacidad de prevención, tanto de material como de nuevos agentes contaminantes. Este conjunto de medidas es analizado en un artículo de Li Wang publicado en 2018, donde se refiere a ellas como un aumento sistemático en la capacidad de control.
De qué se trata el nuevo plan
A diferencia del plan anterior, que se desarrolló en cinco años, este es un programa de corto aliento, pues comenzó en marzo de 2018 y pretende finalizar en 2020. Y aunque el nivel de contaminación generado en las carreteras aún sigue siendo alto, las acciones tendrán como prioridad el consumo de carbón en áreas industriales. Para ello, se concibe el desarrollo ecológico de las empresas, lo que se lograría a través de la sustitución del carbón por fuentes de energía que sean más limpias, como el gas natural.