Arte, pregunta formulada por jorge111617, hace 12 días

cuáles se los elementos formales del arte pictorico-historico. peruano ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por sofwst
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Respuesta:

1. LA OTRA MARGEN: LA INVECTIVA CONTRA EL INDIGENISMO

1.2. La cultura peruana desde el indigenismo pictórico

¿Cuál es la consideración de la cultura nacional y la posición temporal que asumen los pintores indigenistas? Durante, la década del cuarenta, las consideraciones críticas tratadas líneas atrás y otras más fueron aprisionando a este grupo de pintores al punto de que su figura central, José Sabogal, se vio obligado a dejar el cargo de director de la Escuela de Bellas Artes en 1942. No obstante, estos artistas seguían contando con el apoyo y reconocimiento gubernamental, y mantenían aún una presencia cultural que llegaría, cada vez en menor grado, hasta la década del cincuenta. Las duras invectivas

obligaron a los indigenistas a delimitar y consolidar su programa en respuesta a estas.

En este discurso-manifiesto, se mencionan los principales elementos de la estética indigenista, es decir, sus conceptos principales, lo que desean visualizar, cómo se comprende e interpreta, y la posición temporal y cultural asumida. En principio, la

“identidad integral” ansiada de representación no se separa de su posición en “nuestro

tiempo”, el presente del enunciado en la década del cuarenta. Entonces, la consideración

de lo “contemporáneo” en este círculo de artistas no se atiene en la aplicación de nociones

pictóricas formales, sino en el reconocimiento de una identidad cultural. Plantear un desenvolvimiento cultural en relación al tiempo es concebir una lectura histórica del Perú.

promovido por las dos culturas de directivas plásticas” surgido en el encuentro entre lo español y lo incaico. Pero, como bien señala Sabogal, lo resultante es lo merecedor de

inserción a su poética plástica: el “nuevo hombre”, también conocido en el léxico

indigenista como el mestizo. Tal figura cultural, que contiene tal capacidad de memoria histórica, se vislumbra en las piezas de arte popular, las cuales aún guardan presencia en el presente, en plena modernidad. Tal concepción no puede resolverse en un simple realismo o copia de la realidad.

Sin embargo, los elementos materiales del presente que contienen tal memoria histórica y cultural son las piezas de arte popular. En ellas, se reconocía la esencia mestiza de nuestra nacionalidad. Como tales, son un indicio del pasado en el presente moderno. A partir de estos fragmentos temporales, Sabogal emprende una tarea de rescate y apropiación del arte popular a través del Instituto de Arte Peruano (IAP). Como nos

recuerda Fernando Villegas, “los pintores indigenistas no solo se encargaron de la

recolección de objetos de arte popular, sino que ellos mismos se encargaron de darles forma y contenido” (2006, p. 26). El inicio de esta empresa puede fecharse, aproximadamente, hacia 1937, cuando el IAP encomienda a Alicia Bustamante la consecución de piezas en el interior del país. Hay que recordar, además, que esta artista y gestora cultural había fundado en 1936 la Peña Pancho Fierro, en la cual solían exhibirse estos objetos. No dejemos de lado que este es otro de los espacios culturales estratégicos.

A mediados de los años cuarenta, la Peña Pancho Fierro comenzó a ser frecuentada por jóvenes literatos y artistas que participaron directamente en el desarrollo de las vanguardias en el Perú. Fernando de Szyszlo, Jorge Eielson, Javier Sologuren, Sebastián Salazar Bondy y Blanca Varela eran

visitantes asiduos. Todos ellos recordarán el ambiente de la peña, la presencia de Alicia y Celia Bustamante… y las múltiples evocaciones y relatos que hacía José María Arguedas… El encuentro de esta generación con la anterior va a ser muy importante. (Carpio y Yllia, p. 50)

J. M. Arguedas, junto a las hermanas Celia y Alicia Bustamante, realzó, también, el concepto de mestizaje mediante la difusión y tratamiento del arte popular frente a la cerrazón o desprecio de los limeños por objetos provenientes de la zona andina. Igualmente, para Eielson y sus coetáneos, la figura de Arguedas se reconocía y valoraba por haber creado una vía estética a través de sus obras literarias.

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